Durante las vacaciones de verano, los niños tienen la oportunidad de participar en actividades creativas sugeridas por un experto para desarrollar habilidades físicas, emocionales y sociales.
El verano representa el momento ideal para que los niños descubran su entorno y adquieran habilidades físicas, sensoriales y emocionales a través de actividades simples y entretenidas. Pablo López, profesor de la Escuela de Terapia Ocupacional en la Universidad de Talca, comenta que estas actividades no solo son divertidas, sino que también refuerzan aspectos fundamentales del desarrollo infantil.
Actividades como juegos sensoriales, que implican el contacto con diversas texturas como agua, hielo, arena o espuma, son perfectas para estimular los sentidos. Asimismo, actividades como pintar con los dedos o modelar plastilina contribuyen al desarrollo de la motricidad fina, mientras que saltar, correr y balancearse fomentan el desarrollo de la motricidad gruesa. “El juego simbólico, que permite a los niños crear e imaginar, es igualmente crucial para su desarrollo integral”, señala López.
El académico también enfatiza la necesidad de adaptar los juegos según la edad de los niños. Por ejemplo, ocultar objetos en plastilina o hielo para que los niños los encuentren les brinda la oportunidad de experimentar diferentes sensaciones táctiles.
En el exterior, las opciones son diversas; los parques y patios son ideales para realizar actividades como trepar, columpiarse o crear circuitos de obstáculos. “Estos juegos no solo facilitan el desarrollo motor grueso, sino que también mejoran la autoestima y la confianza de los niños”, añade el experto.
Así, actividades simples y accesibles ofrecen grandes beneficios en términos de coordinación, equilibrio, agilidad, fuerza y fortalecimiento de las habilidades sociales en los más jóvenes.
Con Información de www.diarioelcentro.cl