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Valores y virtudes humanas: la sociedad en la búsqueda de significado.

Por Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl – Conferencista, autor e investigador (PUC)

Las virtudes son características o rasgos de carácter que, según distintos filósofos y pensadores, se consideran “moralmente positivos”. Estas cualidades permiten a los individuos actuar en concordancia con proyectos y acciones orientadas hacia el bien, la verdad, la justicia y la belleza. Esta predisposición interna facilita el camino hacia la excelencia y la realización del potencial humano en la búsqueda de un propósito significativo.

Se pueden clasificar las virtudes humanas en dos categorías: (a) las virtudes cardinales, que incluyen la prudencia, la justicia, la fortaleza y la templanza; y (b) las virtudes teologales, que abarcan la fe, la esperanza y la caridad.

Por otro lado, los valores humanos se definen como “creencias fundamentales que orientan las acciones y actitudes de las personas, determinando lo que es importante para ellas”. Entre los valores más relevantes se encuentran la honestidad, la gratitud, el respeto, la solidaridad, la compasión, y la responsabilidad, entre otros. En este ámbito, la axiología es la rama de la filosofía que se ocupa del estudio de los valores.

A pesar de la importancia de las virtudes humanas, en la actualidad, en una sociedad en constante cambio, compleja y a menudo violenta, este tema rara vez atrae la atención, especialmente entre los jóvenes. La Filosofía, que se traduce como “amor a la sabiduría”, ha reflexionado durante siglos sobre las virtudes humanas, considerándolas la base fundamental de la moralidad, pues constituyen un pilar sobre el que debería edificarse cualquier sociedad que persiga el bien común.

Para la Psicología Positiva, las virtudes son esenciales para comprender la felicidad y el bienestar humano. En el contexto actual, la valoración y práctica de estas cualidades se vuelve especialmente crucial, ya que guían el comportamiento de las personas, inspiran y contribuyen a la promoción de la armonía y la paz social. Esto se debe a que estos principios éticos y morales orientan a los individuos a actuar con justicia y bondad, respondiendo a las injusticias con equidad y rectitud.

Filósofos como Platón y Aristóteles afirmaron que las virtudes son el camino hacia una vida ética y plena de felicidad. No es sorprendente que la Psicología Positiva, liderada por destacados psicólogos como el Dr. Martin Seligman y el Dr. Christopher Peterson, haya incorporado este interés en su estudio e investigación a lo largo de varias décadas.

En el libro titulado “Fortalezas y virtudes del carácter: un manual y clasificación”, Seligman y Peterson llevaron a cabo una clasificación y medición de las virtudes y fortalezas universales. Este trabajo, resultante de más de 20 años de investigación histórica, permitió establecer una “ciencia de las fortalezas y virtudes humanas que trasciende la filosofía y la ciencia política”.

Los investigadores realizaron un exhaustivo análisis sobre el conocimiento actual de cada una de las fortalezas de carácter en su clasificación. Para ello, estudiaron diversas tradiciones filosóficas, religiosas y culturales, identificando virtudes que eran comúnmente valoradas en la mayoría de ellas. Seis cualidades se destacan como las más significativas en la realización personal y la convivencia social:

  1. Sabiduría y conocimiento: esta virtud hace referencia a la capacidad humana para adquirir y aplicar conocimientos de manera efectiva, utilizando la experiencia y los aprendizajes para tomar decisiones acertadas y ayudar a los demás. La sabiduría es fundamental para el desarrollo tanto individual como social.
  2. Coraje: el coraje implica enfrentar valientemente peligros, problemas y desafíos en la vida cotidiana. Actuar con valor refleja el propósito de nuestra existencia y complementa la perseverancia y la integridad en nuestras acciones.
  3. Humanidad: esta virtud se centra en las relaciones interpersonales, promoviendo el respeto y el cuidado hacia los demás. La humanidad, que incluye la empatía, la bondad y el amor, es esencial para construir una sociedad ética que valore el bienestar común.
  4. Templanza: esta calidad permite moderar impulsos y emociones, evitando excesos y manteniendo un equilibrio vital. Desde la perspectiva de la Psicología Positiva, se considera una “cualidad fundamental” que regula la conducta y promueve un adecuado autocontrol.
  5. Justicia: la justicia es una virtud clave que asegura la equidad, el respeto y la imparcialidad hacia los derechos de todos. Implica tomar decisiones basadas en principios éticos y legales, evitando favoritismos o discriminaciones y tratando a cada persona con igualdad.
  6. Trascendencia: esta virtud conecta a los individuos con algo más grande que ellos mismos, brindando sentido y propósito a la vida. Abarca la gratitud, la esperanza, la espiritualidad y la apreciación de la belleza, destacando el papel de la autotrascendencia en la capacidad de enfrentar y prosperar ante adversidades.

Es fundamental señalar que la investigación sobre virtudes está estrechamente relacionada con la conducta prosocial y la personalidad, lo que enfatiza la necesidad de seguir profundizando en su estudio.

El manual de Seligman y Peterson incluye diversas otras virtudes o fortalezas de carácter que fomentan el desarrollo personal y social, contribuyendo a una vida plena y equilibrada, tales como la integridad, el respeto, la responsabilidad, la honestidad, la gratitud, la lealtad, el sentido de propósito, la perseverancia, la tolerancia y la solidaridad, entre muchas más.

La publicación Virtudes y valores humanos: la sociedad en busca de sentido apareció primero en Osorno en la Red.

Con Información de osornoenlared.cl

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