Dixon W. Rivas Chávez. Capitán de Carabineros, Jefe de la Sección Criminalística.
Con la llegada del verano, las altas temperaturas y la humedad crean condiciones propicias para la proliferación de distintos insectos, arañas y moscas. Aunque estos insectos son esenciales en los ecosistemas, pueden convertirse en un inconveniente para muchas familias y veraneantes. Ante este panorama, los insecticidas, repelentes y pesticidas se presentan como aliados importantes. Sin embargo, su uso indiscriminado también puede acarrear riesgos significativos para la salud y el medio ambiente.
El aumento en la población de insectos durante el verano no solo provoca incomodidad, sino que también puede traer problemas sanitarios, especialmente en el caso de moscas, zancudos y arañas peligrosas como la araña de rincón (Loxosceles laeta). Esta situación ha llevado a un uso creciente de productos químicos destinados a controlar estas plagas.
Antes de recurrir a soluciones químicas, es esencial implementar medidas preventivas que reduzcan la aparición de estos animales en nuestros hogares:
- Mantener la limpieza: Es fundamental evitar la acumulación de basura y restos de comida, ya que estos son atractivos para los insectos.
- Sellar grietas y rendijas: Inspeccionar ventanas, puertas y muros en busca de posibles entradas para los insectos.
- Uso de mallas protectoras: Instalar mosquiteros en ventanas y puertas es una buena práctica.
- Ventilación y control de humedad: Muchas especies de arañas prefieren los lugares oscuros y húmedos; por ello, ventilar regularmente es crucial.
Si las medidas preventivas resultan insuficientes y decidimos utilizar insecticidas, pesticidas o aracnicidas, es vital hacerlo con responsabilidad y precaución. Estos productos contienen sustancias tóxicas que, si son mal utilizados, pueden representar un riesgo para la salud de las personas, los animales domésticos y el medio ambiente.
- Leer las etiquetas: Antes de utilizar cualquier producto, es indispensable leer las instrucciones y advertencias del fabricante.
- Aplicación controlada: Utilizar solo la cantidad necesaria, evitando el uso excesivo.
- Protección personal: Usar guantes, mascarillas y ropa adecuada durante la aplicación del producto.
- Evitar contacto con alimentos: Mantener los productos alejados de alimentos y utensilios de cocina.
- Ventilar los espacios: Después de aplicar un producto químico, es importante asegurar una adecuada ventilación en las habitaciones.
El uso excesivo de estos productos químicos puede tener efectos nocivos en la salud, especialmente para quienes los manipulan o están en contacto frecuente. Algunos de los efectos a corto plazo (intoxicación aguda) incluyen:
1. Irritaciones en la piel y ojos: Dermatitis, enrojecimiento o quemaduras químicas.
2. Problemas respiratorios: Dificultad para respirar, tos o irritación en las vías respiratorias.
3. Síntomas neurológicos: Mareos, dolores de cabeza, náuseas, vómitos, confusión, temblores o convulsiones.
4. Reacciones alérgicas: Pueden provocar urticaria o anafilaxis en personas sensibles.
El uso de insecticidas, pesticidas y aracnicidas en verano puede ser necesario, pero debe realizarse con responsabilidad y moderación. En Chile, donde la araña de rincón representa un riesgo real y constante, es esencial encontrar un equilibrio entre la protección del hogar y la preservación de nuestra salud y el medio ambiente. La educación sobre medidas preventivas y el manejo adecuado de estos productos son herramientas clave para enfrentar este desafío de manera segura y sostenible.
Este verano, llamamos a la conciencia para actuar con conocimiento respecto al uso de elementos químicos, con el objetivo de cuidar lo que realmente importa: nuestro bienestar y el del entorno que nos rodea.
CARABINEROS DE CHILE, CARABINEROS DE TODOS.
Con Información de www.diarioelcentro.cl