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Una historia de amor que comenzó en un tren y sigue resplandeciendo como un zafiro.


El 24 de noviembre de 1979, Hilda Campos Escudero y Agenor Apablaza Tapia se casaron en la iglesia Nuestra Señora del Carmen de Rancagua. Hoy, a 45 años de esa unión, celebraron sus bodas de zafiro, un aniversario que simboliza la pureza y la solidez del amor que los ha unido durante tantas décadas.

LA HISTORIA DE AMOR

La historia de amor de esta pareja comenzó durante un viaje en tren de regreso a Santiago. Hilda, que es de Rancagua, y Agenor, de Yungay, se conocieron en el vagón. Ella se bajó en Rancagua y él continuó hacia la capital, pero el destino ya había sellado su conexión. Agenor, decidido a no dejar escapar esa oportunidad, obtuvo el contacto de Hilda y tras varias llamadas, iniciaron un romance que llevó a su boda.

Con el paso de los años, construyeron una familia fuerte y amorosa. Hilda se desempeñó como modista durante décadas, ganándose el cariño de todos sus clientes gracias a su habilidad y compromiso. En su pequeño taller en Rancagua, se encargó de confeccionar y arreglar prendas para diversas personas importantes de la ciudad, dejando su enero en cada detalle.

Agenor, por su parte, trabajó más de 50 años en el Servicio de Impuestos Internos (SII). Su carrera comenzó en San Miguel, pero se trasladó a Rancagua a principios de los años ’80, lo que marcó el inicio de una nueva etapa familiar. A lo largo de su trayectoria, se destacó por su profesionalismo y se convirtió en una figura reconocida en el ámbito contable de la región.

Son padres de dos hijos: Diego (43), contador, y Alexis (37), periodista y profesor universitario. Hilda y Agenor celebraron este importante aniversario rodeados de sus seres queridos en una íntima reunión familiar en Rancagua. Allí, los hijos, hermanos y sobrinos alzaron sus copas por un amor que ha resistido la prueba del tiempo, un amor que comenzó en las vías de un tren y que hoy representa el compromiso y la complicidad de más de cuatro décadas juntos.

Las bodas de zafiro simbolizan la pureza y la fortaleza, características que han definido la relación de Hilda y Agenor a lo largo de los años. Su unión es un testimonio de la capacidad para superar adversidades, reinventarse y seguir eligiendo el amor.

En un tiempo en que las relaciones enfrentan diversos desafíos, historias como la de Hilda y Agenor nos inspiran, recordándonos que el amor es mucho más que un sentimiento; es una decisión diaria de compromiso, paciencia y cuidado mutuo.

Aprovechando esta ocasión especial, Alexis Apablaza-Campos, periodista de El Rancagüino, compartió su orgullo y emoción por el legado de sus padres: «Ellos nos han enseñado que el amor verdadero no se basa únicamente en los momentos felices, sino también en enfrentar las dificultades juntos. Celebrar este 45 aniversario con ellos es un privilegio».

En este significativo aniversario, Hilda y Agenor son un claro ejemplo de que el amor verdadero trasciende el tiempo y las adversidades.

Con Información de www.elrancaguino.cl

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