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Un parto lleno de signos de amor que superó obstáculos en Fusat.

El nacimiento de un hijo es un acontecimiento incomparable y muy significativo. Para Valín Guajardo y José Bascuñán, la llegada de su hija Samantha representó un punto de inflexión en sus vidas. No solo sintieron la felicidad de convertirse nuevamente en padres, sino que esta vez experimentaron una atención más humanizada por parte del equipo del centro médico Ecolook, en la clínica Fusat de Rancagua.

Valín, técnico en educación especial, y José, empleado en la Ruta Maipo, comparten algo más que su amor por la familia: ambos tienen discapacidad auditiva, lo que había complicado sus experiencias de parto anteriores. “Mis partos pasados fueron fríos y carentes de comunicación. No entendía lo que sucedía, el personal apenas me informaba. Me sentía aislada”, rememora Valín (asistida por la intérprete durante la entrevista). Sin embargo, esta vez, la historia fue diferente.

Gracias a la atención del ginecólogo Dr. Sergio Pizarro y la enfermera matrona Jessica Rojas, del equipo médico de Ecolook en Rancagua, Valín pudo experimentar una cesárea respetada. La presencia de Yoselin, su intérprete de señas, fue esencial para asegurar que la comunicación fluyera y que cada etapa del proceso estuviera clara para la pareja. “Dado que teníamos dificultades para comunicarnos, solicitamos la autorización de Yoselin en todo momento, y Fusat mostró una gran disposición para ello”, comentó la matrona Ecolook, Jessica Rojas.

“Fue un desafío hermoso, porque cuando comenzamos a trabajar en la atención humanizada, se trata de respetar las necesidades de cada individuo. De hecho, Valín llegó con muchas ganas de tener un parto normal, de experimentar las contracciones, buscando una nueva vivencia. Fue complicado explicarle que existían riesgos debido a sus cesáreas previas, pero con la ayuda de Yoselin, que fue crucial, logramos que comprendiera y que su experiencia fuera diferente a las anteriores”, agregó la matrona.

“FUE UN MOMENTO MÁGICO, DONDE NO NECESITAMOS PALABRAS”

Valín había anhelado un parto natural, pero entendió que no era factible tras sus años de cesáreas, tal como le explicó el equipo médico de Ecolook. “Sentí un poco de tristeza, pero todo fue explicado con cariño, y eso marcó la diferencia. Esta vez sentí que me cuidaban”, compartió Valín.

La atención personalizada que respetó sus deseos y la mantuvo informada durante todo el proceso le permitió vivir un parto emocionalmente diferente. “Por primera vez, cuando nació Samantha, me la pusieron de inmediato sobre mi pecho. Eso nunca había ocurrido antes. Fue un momento mágico, donde no se necesitaban palabras”, dijo Valín, aún sonriendo al recordar la experiencia.

José, por su parte, evoca el instante con gran emoción: “Cuando corté el cordón umbilical, lloré. Estaba tan emocionado. Nos brindaron el espacio para estar juntos, y me sentí en confianza; la intérprete me iba informando sobre lo que sucedía. Me proporcionaron el espacio necesario para sentirme cómodo. Me encantó, todo el equipo fue increíble”, comentó (asistido por la intérprete en la entrevista).

Para él, esta experiencia superó con creces las de los partos anteriores: “En las cesáreas previas, no nos pasaban al bebé al nacer. Esta vez, todo fue diferente, más humano, más cálido”, señaló José. “Hubiésemos querido vivir esta experiencia antes, pero ahora estamos agradecidos de haberla disfrutado con Samantha. Fue un parto pleno de amor y respeto. Ahora le contaremos su historia con orgullo”.

De esta forma, Valín y José recomiendan con entusiasmo esta atención humanizada. “Le conté a una amiga sorda que está embarazada que aquí respetan a las mujeres, facilitan la comunicación y te hacen sentir en confianza”, comenta Valín.

Para la intérprete de señas Joselin, esta experiencia fue digna de repetirse: “Es la primera vez que vivo algo así. Cuando me ofrecieron acompañarlos, acepté con gusto. Estoy muy feliz porque ellos deberían haber quedado muy tranquilos y satisfechos. Sin duda, lo haría de nuevo”, compartió.

LA MUJER, PROTAGONISTA PRINCIPAL

La cesárea respetada, que forma parte del enfoque de parto humanizado, se ha convertido en una opción cada vez más solicitada por las mujeres. Este tipo de partos ubica a la madre en el centro del proceso, respetando sus tiempos, necesidades y preferencias. Esto reduce intervenciones médicas innecesarias y promueve un ambiente más natural tanto para la madre como para el recién nacido.

El Dr. Guillermo Figueroa, director médico de Fusat, considera que esta modalidad es fundamental: “El parto humanizado es un camino para recuperar la esencia del contacto humano. Nuestra misión es que cada madre se sienta escuchada, respetada y acompañada en un proceso tan significativo como el nacimiento de su hijo”.

Además, Fusat ha avanzado en inclusión al permitir la presencia de un intérprete para atender a pacientes con discapacidad auditiva. “Estamos en un camino hacia la humanización; por lo tanto, cuando surge la posibilidad de brindar una atención diferente a una persona con discapacidad auditiva, nos comprometemos a hacerlo. Si eso implica incorporar a un intérprete, así lo haremos”, sostuvo el Dr. Figueroa.

Una de las claves de este enfoque humanizado es crear un ambiente cálido y acogedor para el bebé, disminuyendo su estrés al nacer mediante la reducción de luces y sonidos en la sala de parto. También se promueve el contacto inmediato piel a piel entre la madre y el recién nacido, retrasando el corte del cordón umbilical para facilitar la transición de la respiración umbilical a la respiración pulmonar.
“Hemos tenido que abrir un espacio para esta modalidad, que cada vez es más buscada por mujeres embarazadas. Hoy en Fusat conviven los métodos tradicionales de atención al parto con el humanizado, ya que algunas mamás desean tener a sus bebés como lo hicieron con sus hijos anteriores en una clínica, mientras que otras buscan opciones alternativas como el parto humanizado”, explicó el Dr. Figueroa.

Se mencionó que la implementación del parto humanizado en Fusat ha permitido reducir el número de cesáreas innecesarias. “La indicación de cesárea a veces se hace por comodidad. Con la llegada de esta alternativa, hemos logrado disminuir nuestras tasas de cesárea y aumentar los partos naturales. Las pacientes están agradecidas y los recién nacidos gozan de buena salud. Cada día hay muchas personas que buscan una atención diferente, y ahora esa opción existe en Fusat”, señaló.

El Dr. Figueroa concluyó expresando que Fusat aspira a certificarse en cuidados humanizados, no solo en el área del parto, sino también en otros aspectos de la atención.

Así, el acompañamiento de un equipo comprometido, como el ginecólogo Sergio Pizarro y la matrona Jessica Rojas, fue crucial para garantizar una experiencia inolvidable para Valín Guajardo y José Bascuñán. “Cuando el equipo está alineado con las necesidades de la mujer, logramos resultados maravillosos”, finalizó la matrona Jessica Rojas.

Con Información de www.elrancaguino.cl

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