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En Chile, más de 20 mil personas padecen enfermedades inflamatorias intestinales como la enfermedad de Crohn y la colitis ulcerosa.
Enfermedades como la colitis ulcerosa y la enfermedad de Crohn afectan a más de 6,8 millones de personas en todo el mundo. En Chile, se estima que alrededor de 20 mil individuos viven con alguna de estas condiciones, según reportes del Ministerio de Salud.
Estas condiciones generan síntomas como dolor abdominal, diarrea crónica, fatiga y sangrado rectal, impactando profundamente en la vida cotidiana de los pacientes y en el sistema de salud.
El Dr. Rolando Sepúlveda, gastroenterólogo, menciona que las evacuaciones frecuentes pueden provocar inseguridad y afectar la autoestima. Por eso, es crucial comenzar un tratamiento personalizado que facilite la remisión clínica y prevenga complicaciones.
A pesar de los avances en terapias como los inmunomoduladores, solo el 10% de los pacientes logran una remisión completa, y más del 50% de ellos espera entre uno y tres años para recibir un diagnóstico adecuado.
Este retraso en el diagnóstico restringe el acceso a tratamientos eficaces. Por ejemplo, el 53% de las personas con enfermedad de Crohn y el 41% de quienes sufren colitis ulcerosa no logran manejar su condición adecuadamente.
El Dr. Ariel Perelsztein, de Johnson & Johnson Innovative Medicine, enfatiza que “el diagnóstico temprano es crucial”. Aproximadamente el 40% de los pacientes tarda más de un año en lograrlo, lo que resalta la importancia de hacer visibles estas enfermedades.
Una encuesta internacional realizada a más de 4,600 pacientes con enfermedades inflamatorias intestinales (EII) reveló que:
- El 85% de los encuestados fue hospitalizado en los últimos cinco años.
- El 60% sintió presión al solicitar licencias médicas.
- El 51% se ausentó del trabajo debido a la fatiga.
- El 45% vio un impacto en su rendimiento académico.
- El 40% tuvo que modificar su horario laboral.
- El 25% se excluyó de actividades sociales en su entorno laboral.
El Dr. Jaime Lubascher destaca que, aunque el diagnóstico de la enfermedad puede ser complicado, hoy en día existen terapias que pueden detener su progreso y mejorar la calidad de vida de los pacientes. El desafío actual es asegurar el acceso equitativo a estos tratamientos.
Cada paciente con EII presenta características únicas. Por ello, al observar síntomas como los mencionados, es fundamental acudir al médico, quien evaluará el caso y, si es necesario, derivará a un especialista para un diagnóstico clínico y la definición del tratamiento adecuado.
El seguimiento médico continuo, una alimentación equilibrada, apoyo emocional y el acceso oportuno a tratamientos son factores clave para que las personas con EII puedan disfrutar de una mejor calidad de vida e integración social.
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Con Información de portalmetropolitano.cl