lunes 25 noviembre 2024
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Trabajadores de El Teniente llevaron a cabo una jornada educativa con niños y niñas del Colegio Manso de Velasco en Rancagua.

El principal objetivo de un grupo de seis trabajadores de la mina Esmeralda, perteneciente a Codelco División El Teniente, fue compartir momentos especiales y ver la alegría en el rostro de los niños y niñas. Estos empleados organizaron un voluntariado para adquirir útiles escolares, juguetes y ofrecer un desayuno a los alumnos de primero básico del colegio Manso de Velasco, ubicado en la comuna de Rancagua.

“Es gratificante ayudar a quienes lo necesitan; hacer feliz a alguien no cuesta nada”, destacó Pablo Vera, jefe de Cuadrilla de Perforación y Tronadura en la mina Esmeralda. Junto a él, los operadores Francisco Torrealba, Humberto Zúñiga, César Sandoval, Eduardo Silva y Sergio Pizarro formaron este grupo solidario.

“Ver las sonrisas de los niños y niñas tuvo un profundo impacto en nosotros. El cariño que nos mostraron nos motiva a continuar con estas iniciativas. A menudo enfrentamos prejuicios, y creo que estas acciones ayudan a transformar la percepción que algunas personas tienen sobre los mineros”, expresó Humberto Zúñiga.

Una dinámica que desean continuar

Pablo Vera explicó que la iniciativa surgió por la preocupación de los mismos trabajadores. “Nos preguntamos si conocíamos casos de personas que realmente necesitaran ayuda. Así, nos organizamos y rápidamente logramos llevar a cabo nuestra ayuda. Creemos que hay un estigma en Rancagua hacia los mineros y sentimos que, poco a poco, eso ha ido cambiando”, indicó.

En la misma línea, el operador César Sandoval añadió que no es la primera vez que se movilizan para brindar apoyo. Hace algunos meses, el equipo recaudó fondos para ayudar a un excompañero de colegio —que enfrenta problemas de visión— de uno de los trabajadores, y recientemente, compraron materiales para construir una mediagua para una adulta mayor en Lo Miranda.

Sin buscarlo, sus acciones comenzaron a ser reconocidas en el ámbito laboral, y tanto colegas como jefaturas les animaron a compartir sus experiencias, lo que ha llevado a algunos a interesarse en unirse a futuras causas. Como equipo, ya están organizando nuevas actividades para este fin de año.

“Personalmente, lo que me motivó a participar fueron los niños; el afecto que nos brindaron en el colegio fue invaluable. Soy muy emotivo y me conmovió mucho el agradecimiento que recibimos. Esto nos inspira a seguir ayudando a quienes lo necesitan”, afirmó el operador Francisco Torrealba.

Con Información de www.elrancaguino.cl

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