La preocupante cifra se debe al desgaste laboral acumulado en los últimos años, lo que hace imprescindible implementar medidas urgentes que mejoren la calidad de vida en las organizaciones.
Según el más reciente estudio de Laborum 2024, un alarmante 89% de los trabajadores en Chile enfrenta “síndrome de burnout”, el cual se caracteriza por altos niveles de agotamiento emocional y estrés, afectando así la productividad y el bienestar en el entorno laboral, y, en consecuencia, la salud mental y física de los individuos.
Sin embargo, ¿es realmente el burnout la causa principal que afecta las condiciones laborales en Chile?
La experta en Psicología Organizacional y docente de la carrera de Psicología de la Universidad de O’Higgins (UOH), Alejandra Pallamar, aclara que, aunque esta problemática surge de una experiencia o acumulación crónica de estrés, “no se puede afirmar que las personas estén padeciendo realmente del síndrome o trastorno de burnout, puesto que la herramienta empleada para la evaluación no es la adecuada para diagnosticar esta condición, aunque sí examina diversas sintomatologías asociadas al desinterés en el trabajo, distanciamiento emocional, fatiga crónica y agotamiento continuo”.
Pallamar señala que el burnout es un tipo grave de fatiga crónica que surge del incremento del estrés laboral o “desgaste profesional”, un término acuñado por los psicólogos americanos Freudenberger y Maslach en las décadas de 1970 y 1980, que originalmente se relacionaba con trabajos en servicios sociales que requieren un alto compromiso y conexión emocional con las personas, a menudo sin una adecuada retribución.
Cifras preocupantes y en ascenso
La especialista destaca que esta cifra es alarmante, independientemente de que provenga de un diagnóstico relacionado con el desgaste excesivo que afecta a las condiciones laborales en Chile. “De este modo, el 89% refleja una acumulación sostenida de estrés e insatisfacción que ha ido creciendo en organizaciones e instituciones durante más de diez años. Estas cifras coinciden con otras mediciones de estrés tanto en el país como a nivel global, que muestran un incremento sistemático, sobre todo después de 2018. Es importante recordar que ya en la Encuesta Nacional de Condiciones de Empleo, Trabajo y Salud (ENET, 2011), los síntomas más comunes asociados al trabajo en Chile incluían fatiga, dolores de cabeza, trastornos del sueño, tensión e irritabilidad”.
La psicóloga también menciona otros indicadores significativos, como el notable aumento de las enfermedades profesionales relacionadas con la salud mental, que en 2022 y 2023 superaron el 60% del total, un gran incremento en comparación con el 41% en 2014. Esta tendencia indica que los trastornos mentales no solo representan una preocupación laboral, sino que se han convertido en una urgencia social, siendo ahora la principal causa de licencias médicas, desplazando a problemas físicos como los osteomusculares o respiratorios que eran predominantes en el pasado.
“Lo más preocupante de esta cifra del 89% es que sugiere que la vivencia del estrés crónico en el trabajo podría empeorar con el tiempo. Hemos estado recibiendo estas señales durante años, y el mensaje fundamental es que no desaparecerán por sí solas. Es imperativo implementar cambios de inmediato para evitar una crisis mayor. Esto requiere un sentido de urgencia y acción, considerando que las experiencias de estrés son altamente debilitantes para la vida laboral y la productividad tanto en países desarrollados como en vías de desarrollo”.
Atender las causas
En este sentido, Pallamar sugiere activar de manera permanente los mecanismos que Chile posee para mitigar estas afectaciones y sus repercusiones en la salud mental, como el Cuestionario de Evaluación Ambiental Laboral – Salud Mental (CEAL-SM), fundamental para evaluar el estrés en el trabajo. Sin embargo, a menudo se utiliza de forma aislada, por lo que la clave es aplicarlo de manera continua y adaptada a cada empresa, permitiendo soluciones sostenibles y efectivas que beneficien tanto a trabajadores como a las organizaciones.
“También es crucial abordar los puntos críticos que se identifican en el origen de estas experiencias y las principales causas del estrés laboral, tales como la sobrecarga de trabajo, el desequilibrio entre la vida profesional y personal, los conflictos en el entorno laboral, un clima hostil, la falta de apoyo social, liderazgos disfuncionales, y una cultura organizacional estresante, así como las retribuciones y reconocimientos en relación con lo que aportan las personas”.
Estrategias integrales
Pallamar enfatiza que los departamentos de Recursos Humanos deben implementar estrategias que alineen procesos y prácticas enfocados en mejorar la calidad de vida laboral, a través de programas integrales que incluyan inducción, evaluación del desempeño, compensaciones y beneficios. “Estas estrategias deben servir para prevenir trastornos como el burnout, erradicar prácticas de acoso, promover dinámicas emocionales positivas, abrir espacios para el diálogo, y fomentar una cultura organizacional que equilibre productividad y bienestar. De esta manera, se puede cultivar un entorno laboral saludable que reduzca significativamente los riesgos para la salud física y mental”, concluye la docente universitaria.
Con Información de www.diarioelpulso.cl