Con la llegada del verano, las piscinas se transforman en uno de los destinos favoritos para las familias que buscan refrescarse del calor. Sin embargo, el aumento en su uso puede provocar un incremento notable en los accidentes. La falta de atención adecuada puede poner a los niños en situaciones peligrosas que se podrían prevenir si los adultos a cargo son conscientes de los riesgos asociados a estas actividades.
La doctora Françoise Descazeaux, traumatóloga infantil en Clínica MEDS, señala que “el verano es una época perfecta para disfrutar de las piscinas, pero también conlleva riesgos que pueden evitarse con medidas sencillas. Es fundamental mantener una supervisión continua de los niños, nunca dejándolos solos cerca del agua, incluso si saben nadar. Además, debe asegurarse de que los flotadores utilizados sean seguros y estén certificados, apropiados para la edad del niño”.
La especialista añade que “es recomendable incorporar elementos de seguridad. Las piscinas deberían estar protegidas con barreras que prevengan el acceso sin supervisión y sería útil instalar alarmas. Establecer normas básicas de seguridad es crucial: enseñe a los niños a no correr alrededor de la piscina, evitar juegos peligrosos y siempre bañarse bajo la vigilancia de un adulto. Asimismo, es esencial saber realizar maniobras de RCP (reanimación cardiopulmonar), y si un niño desaparece, revise la piscina de inmediato, cada segundo cuenta”.
En cuanto a las acciones a tomar frente a potenciales peligros que puedan afectar a los niños en estos entornos recreativos, la doctora Descazeaux advierte que “los golpes y caídas en las piscinas son comunes y pueden ocasionar fracturas o lesiones severas. Se debe acudir a un servicio de urgencias si el niño presenta dolor intenso que no mejora con el reposo, si hay deformidad evidente en una extremidad, inflamación significativa o hematomas amplios, o si no puede mover o soportar peso en la parte afectada. Además, si el dolor persiste en la cabeza o cuello tras un golpe, junto con vómitos, confusión o somnolencia, son signos que pueden indicar un traumatismo craneoencefálico. La sugerencia es evitar juegos de piqueros”.
Si se sospecha de una fractura por una caída, la traumatóloga infantil de Clínica MEDS recomienda “inmovilizar la zona afectada utilizando una férula improvisada (como revistas o trozos de madera) y no mover al niño. También es importante aplicar hielo para disminuir la inflamación y el dolor. Hay que asegurarse de que no haya presión sobre la zona lesionada, especialmente si está involucrando extremidades inferiores, y buscar atención médica inmediata si hay alguna deformidad, dolor severo o incapacidad funcional. Además, mantenga al niño en ayuno si se prevé que necesite cirugía como parte del tratamiento”.
En el caso de una posible lesión cervical en un menor, la facultativa subraya que se debe “llamar a una ambulancia, ya que no se recomienda mover al paciente por sus propios medios. Es crucial mantener a la víctima inmóvil y alinear la posición cabeza-cuello-columna, sosteniendo la cabeza con ambas manos para mayor estabilidad”.
El artículo Seguridad infantil en piscinas: cómo prevenir y responder a los principales incidentes que ocurren en verano fue publicado primero en Osorno en la Red.
Con Información de osornoenlared.cl