Quiero comenzar expresando mi agradecimiento a todos aquellos que dedican su tiempo a leer estas líneas. Soy de Rancagua, me formé en el Colegio Mineral el Teniente D-21 y finalicé mi educación media en el Liceo Comercial Diego Portales, A-7. Terminé la educación media en 2001 y recuerdo una Rancagua pacífica, donde salía del Liceo a las 19:15 y podía caminar con tranquilidad hacia el centro, por calles como Independencia, Germán Riesco, Campos, Astorga, entre otras. Era común ver a la gente caminando por la ciudad después de las 8 de la noche, pasear por la calle Brasil, pasar por Rubio y llegar a Santa María sin temor a ser víctima de algún asalto o robo. Luego, al mudarme a Santiago para estudiar, regresaba los fines de semana y Rancagua mantenía ese ambiente de tranquilidad, con escaso comercio ambulante.
Me encantaría compartir más sobre mis vivencias juveniles en el centro, pero prefiero enfocarme en la situación actual. Aunque el dicho dice que todo tiempo pasado fue mejor, debemos centrarnos en el presente y proyectar hacia el futuro. Actualmente, Rancagua presenta una imagen negativa, con problemas de suciedad y mal estado que se deben, en gran parte, a las autoridades actuales. El comercio ilegal y sus consecuencias, como el aumento de delincuencia y tráfico de drogas, han transformado el paseo Independencia en un lugar lleno de abandono y desaseo. Observo a mis colegas del centro, a las pequeñas y medianas empresas que luchan para cumplir con sus obligaciones fiscales y salariales, y que sufren asaltos y robos prácticamente cada semana. Es alarmante que quienes perpetran estos delitos caminan libremente frente a los mismos negocios que han afectado. Sin mencionar que el Departamento de Seguridad Pública prometió implementar 9 vehículos, de los cuales solo 5 comenzaron a patrullar, y actualmente solo 3 están funcionando, además de contar con conductores contratados por una corporación que ha sido poco efectiva, como lo es la Corporación Innova. Todo esto forma parte de una serie de promesas incumplidas y acciones que no se llevan a cabo. Me preocupa el futuro de mi ciudad sin un pilar fundamental como lo es la seguridad pública. Como comunidad, debemos unir fuerzas para exigir que la Municipalidad actúe y no deje a Carabineros, que ya enfrentan una escasez de personal, a cargo de nuestra seguridad.
Para concluir, quiero resaltar el trabajo de la Asociación Comercio Seguro de Rancagua, quienes son la esencia de esta candidatura. Ellos confiaron en mí para postular y esforzarme por un centro de Rancagua más seguro, tranquilo y acogedor, un lugar al que todos quieran acudir, tal como lo hacía yo cuando era un joven estudiante comercial. Desde allí, buscaremos recuperar nuestra querida ciudad para el beneficio de toda la comunidad.
Juan Aldea
Candidato a Concejal
Con Información de www.elrancaguino.cl
