En el último debate, Francisco Orrego fue increpado por incluir a Félix Allendes, cuestionado por la Contraloría por faltas a la probidad, en su equipo. Al ser confrontado sobre las irregularidades de su asesor, Orrego se quedó sin palabras, generando aún más dudas sobre la transparencia y los valores de su candidatura a la Gobernación Metropolitana.
Félix Allendes Vásquez, ex Administrador Regional de la Intendencia Metropolitana entre 2018 y 2020, ha emergido como una figura polémica en la campaña de Francisco «Pancho» Orrego, candidato a la Gobernación de la Región Metropolitana. Su historial administrativo y las investigaciones por presuntas faltas a la probidad han suscitado serias dudas sobre la integridad del equipo que acompañaría a Orrego en caso de ser electo.
Durante su gestión en la Intendencia Metropolitana, Allendes fue objeto de un sumario administrativo instruido por la Contraloría General de la República en 2021. El organismo fiscalizador detectó posibles irregularidades en contratos adjudicados a empresas vinculadas a su esposa, Susana Rojas, y a su exsocio comercial, Yerko Sepúlveda. Estas empresas, HAS Ingeniería y Construcciones Ltda. y Solución Preinversional Consultores S.A., habrían recibido al menos cinco contratos por trato directo entre 2017 y 2018, con montos que alcanzaron los $100 millones.
La investigación de la Contraloría reveló que Allendes podría haber favorecido a estas empresas en proyectos financiados por el gobierno regional en comunas como Til Til, Melipilla, Paine y Conchalí. Estas acciones fueron consideradas como posibles infracciones al principio de probidad administrativa, lo que llevó al organismo a ordenar un sumario para esclarecer los hechos y determinar responsabilidades.
La controversia se intensificó cuando Francisco Orrego, en su calidad de candidato a gobernador, anunció que, de ser electo, Allendes volvería a ocupar el cargo de Administrador Regional. Esta declaración generó críticas desde diversos sectores, cuestionando la idoneidad de Allendes para asumir nuevamente un rol de alta responsabilidad en la administración pública, considerando las investigaciones en curso y las dudas sobre su integridad profesional.
La situación plantea interrogantes sobre los estándares éticos y de transparencia que Francisco Orrego aplicaría en su eventual gestión como gobernador. La inclusión de un asesor con antecedentes cuestionables podría afectar la confianza ciudadana en las instituciones y en la capacidad del candidato para liderar con probidad y compromiso hacia el servicio público.
En un contexto donde la ciudadanía demanda mayor transparencia y ética en la gestión pública, la decisión de Orrego de respaldar a Allendes como parte de su equipo de confianza podría tener implicaciones significativas en su campaña y en la percepción pública de su liderazgo. La controversia en torno a Félix Allendes subraya la importancia de seleccionar colaboradores que representen los valores de integridad y responsabilidad que la sociedad espera de sus autoridades.
