Las altas temperaturas han convertido las piscinas y los juegos acuáticos en las principales formas de entretenimiento. Sin embargo, sin las adecuadas medidas de seguridad, estos pueden dar lugar a accidentes graves.
De acuerdo con datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), se estima que anualmente ocurren alrededor de 236.000 muertes en el mundo debido a ahogamientos o asfixias por inmersión. Por este motivo, es fundamental prevenir los accidentes en piscinas y estar preparados para hacer frente a emergencias.
¿Cómo evitar la asfixia por inmersión?
Aunque los accidentes son impredecibles, es esencial adoptar todas las precauciones posibles. Francisca Irarrázaval, enfermera y docente de la Facultad de Enfermería y Obstetricia de la Universidad de los Andes, ofrece algunas recomendaciones para garantizar la seguridad de los niños en las piscinas.
- Instalar rejas fijas que impidan el acceso a los niños a la zona de la piscina sin la supervisión de un adulto.
- Los niños deben utilizar chalecos salvavidas cada vez que entren en el área de la piscina.
- Es recomendable iniciar clases de natación desde que el niño cumple un año, siempre que sea posible.
- Los adultos deben evitar consumir alcohol si planean entrar a la piscina.
- Se debe prevenir cualquier carrera o prisa alrededor de la piscina, debido al riesgo de resbalar en el suelo mojado.
“Es crucial que los niños estén siempre acompañados y supervisados por adultos responsables en todo momento. Asimismo, se debe evitar dejar baldes o recipientes con agua a su alcance, especialmente si son pequeños, ya que incluso una pequeña cantidad de agua puede ser peligrosa”, concluye la académica de UANDES.
¿Cómo llevar a cabo las maniobras de resucitación RCP ante una emergencia?
Francisca Irarrázaval explica que “una de las acciones más efectivas para la recuperación de una persona que ha sufrido asfixia por inmersión es realizar maniobras de reanimación tan pronto como la persona sea retirada del agua”.
La enfermera de UANDES detalla el procedimiento a seguir para prestar ayuda a alguien que haya estado en riesgo de asfixia por inmersión.
- Colocar a la persona en una superficie dura, boca arriba. Inclinar su cabeza hacia atrás y elevar el mentón para despejar la vía respiratoria, especialmente de la lengua. Verificar que esté despejada y, si es posible, que otra persona pida ayuda mientras usted realiza la reanimación.
- Iniciar la respiración boca a boca, insuflando aire en la boca de la persona ahogada para oxigenar sus pulmones. Realizar este procedimiento dos veces.
- Proceder a la compresión cardíaca en el centro del esternón, para mantener la circulación sanguínea. Colocar la base de una mano en el centro del esternón y ejercer presión hacia abajo, comprimiendo el pecho. Realizar 30 compresiones de manera rápida, con una frecuencia de 100 a 120 por minuto, permitiendo que el tórax se expanda entre cada compresión, sin pausar.
- Volver a realizar respiración boca a boca.
- Repetir esta secuencia cinco veces, lo que equivale aproximadamente a dos minutos. Si la situación persiste, continúe con la misma técnica hasta que llegue la ayuda.
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Con Información de osornoenlared.cl