Por: Dr. Oscar Espinosa Cantero, Especialista en Medicina Reproductiva de la Clínica de la Mujer y Medicina Reproductiva en Viña del Mar.
De acuerdo a las cifras divulgadas por el Instituto Nacional de Estadísticas (INE) en junio de este año, la natalidad en Chile sigue disminuyendo, con una caída del 22,39% en el primer cuatrimestre en comparación con el mismo periodo de 2023. Este fenómeno evidencia las transformaciones que está viviendo nuestra sociedad.
En las últimas cuatro décadas, la tasa de natalidad en Chile ha disminuido de manera significativa y sistemática, y ha aumentado la edad en la que las mujeres tienen su primer hijo. Este cambio en el momento de convertirse en madre también se observa en la mayoría de los países considerados desarrollados. Considero que es un error pensar que este fenómeno se debe únicamente a que las personas, especialmente las mujeres, han decidido priorizar su desarrollo personal o económico y posponer la maternidad. Esta perspectiva es superficial, injusta y, en mi opinión, errónea. La situación responde a una transformación social más compleja, que incluye la redefinición de los roles de género en una sociedad que impone a las mujeres ciertas expectativas como condiciones para alcanzar la “adultez responsable”.
Asimismo, las exigencias para la crianza han aumentado y se han encarecido, en un escenario donde faltan los apoyos públicos o sociales necesarios. Un claro ejemplo es el alto costo de la educación, sobre todo en los niveles no estatales. En cuanto a las demandas en la crianza, vivimos en un mundo donde delegar el cuidado a otras personas o manifestar cansancio hacia los hijos después de un largo día de trabajo es a menudo mal visto. Además, se suman las presiones profesionales y de rendimiento que enfrentan las mujeres trabajadoras.
El rol de la mujer actualmente, en términos de educación y participación en el mercado laboral, impacta en estas cifras de baja natalidad, pero mientras como sociedad no aprendamos a equilibrar los tiempos y exigencias que les imponemos a las mujeres, la situación no mejorará. Creo que una sociedad madura integra la maternidad y la crianza en lugar de relegarlas al desarrollo multidimensional de la mujer.
Por otro lado, la ausencia física o material de los padres es un fenómeno habitual en nuestra sociedad. Las estadísticas lo corroboran, y las leyes recientes que buscan equilibrar el aporte económico en la crianza son un reflejo de esta problemática. No sugiero que una mujer no pueda criar a sus hijos sola; de hecho, muchas lo hacen. Sin embargo, esto requiere un esfuerzo adicional que a menudo lleva a las mujeres a prepararse desarrollando su carrera y alcanzando ciertas metas económicas (como la compra de vivienda o ciertos ahorros) antes de embarcarse en la maternidad.
En este sentido, creo que una mayor regulación de la responsabilidad paternal en Chile podría influir positivamente en la natalidad. Aunque hemos avanzado en esta área, legislar no basta por sí solo. Un ejemplo de ello es que la tasa de solicitudes de permisos postnatales para hombres sigue siendo muy baja en nuestro país.
Considero que la extensión del postnatal, el mejor acceso a salas cuna y otras leyes son pasos en la dirección correcta. Sin embargo, todavía falta integrar la crianza en la planificación estratégica de empresas e instituciones del estado. Hasta ahora, salvo ciertas excepciones, no se apoya a las mujeres que desean preservar su fertilidad mediante la congelación de óvulos. Esta es una opción razonable que la medicina ofrece para postergar la maternidad sin comprometer la posibilidad de embarazo en el futuro. Es importante señalar que las coberturas de salud, tanto públicas como privadas, son todavía muy limitadas para este tipo de procedimientos, a pesar de la baja natalidad en Chile.
Además, la información sobre tratamientos de fertilidad asistida todavía es insuficiente. Actualmente, está más enfocada en ciertos grupos socioeconómicos, pero no tiene un alcance masivo. En mi opinión, debería integrarse en la educación sexual y reproductiva desde una edad temprana, como un componente esencial del ejercicio responsable de la maternidad.
El artículo ¿Por qué no están naciendo niños en Chile? se publicó primero en El Rancagüino.
Con Información de www.elrancaguino.cl