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Por Cristian Alvarez
Hoy en día, el concepto de privilegio a menudo se asocia con una connotación negativa, provocando envidia en los demás debido a un momento inesperado en varios aspectos de la vida, ya sea por aprovechar una oportunidad, realizar una elección o simplemente por haber tenido suerte en algún aspecto, sin haber trabajado activamente para lograrlo.
Sin embargo, el personaje que vamos a explorar encarna el privilegio de una manera más integral, no limitada a lo material. Vivió en una época tumultuosa tanto en Chile como en el resto del mundo, luchando junto a sus contemporáneos para evitar que unos pocos concentraran el poder. Se enfrentó a adversarios y ayudó a otros a emerger, interaccionando con figuras que marcaron una era, tanto a nivel nacional como internacional. En enero pasado, el ex presidente de SOFOFA, Orlando Sáenz, presentó su libro “Los últimos recuerdos”, publicado por “Erasmo Ediciones”, que es el tercer volumen de su saga “Testigo Privilegiado”. Este trabajo recoge sus memorias, complementadas por otros dos títulos en la última década. En esta obra, describe sus vivencias con figuras históricas de Chile, incluyendo a Salvador Allende (a quien se opuso enérgicamente como líder empresarial) y Augusto Pinochet (de quien fue asesor económico hasta que surgieron desacuerdos entre ellos). También se mencionan a los últimos seis presidentes, empresarios como Andrónico Luksic Abaroa y el recientemente fallecido Horst Paullmann, así como miembros de su familia, incluidas su esposa y madre. Es un relato fascinante y accesible que revela la profundidad de las personalidades con las que tuvo la oportunidad de dialogar a lo largo de su vida.
En una entrevista que nos concedió en su oficina en enero, Sáenz compartió anécdotas y reflexiones sobre su obra, la cual promete ser una referencia esencial para entender la historia política y económica de Chile, dada la riqueza de datos que contiene, muchos de los cuales son totalmente inéditos.
¿Cómo surgió la idea de escribir este libro?
–“Anteriormente, había escrito dos libros que son en esencia recuerdos, como ‘Testigo Privilegiado’ y ‘Aventuras de un testigo privilegiado’. A principios del año pasado, comencé a reflexionar sobre lo que me quedaba por transmitir. Así, pensé que era el momento de compartir mis impresiones sobre diversas figuras que he conocido, las cuales son de interés público. No tiene sentido relatar anécdotas de mi vecino, pero las conversaciones con líderes como Pinochet, Allende, Frei o Andrónico Luksic son, sin duda, dignas de ser contadas. Para la mayoría de los chilenos, Andrónico Luksic es simplemente un magnate de fortuna inmensa con empresas en múltiples sectores, pero pocos conocen al hombre detrás de la figura pública, quien es un ser humano con pasiones, conflictos y todas las complejidades que nos definen”.
“He tenido el privilegio de conocer a 28 presidentes – los chilenos y otros extranjeros. Para el público, muchos son solo nombres, pero detrás de ellos hay historias fascinantes. Cada uno es un ser humano distinto, pero hay características comunes entre ellos que merecen ser exploradas. A lo largo de mi vida, he estado intrigado por el magnetismo personal que tienen los líderes, por cómo logran convertirse en conductores de masas. Esa capacidad de liderazgo es compleja de definir; lo que las personas notan en un líder como Castro, quien fue un caudillo que impactó el siglo XX con la Revolución Cubana, por ejemplo. Hay un magnetismo que provoca que otros lo sigan, y me he pasado la vida cuestionando las razones detrás de ello”.
¿Fue complicado elegir a los personajes para este libro?
-Sí, porque hay personajes que son más cercanos a mí, como el ‘Chico’ Zaldívar o Enrique Krauss, con quienes he compartido más. Sin embargo, nunca tuvimos conversaciones significativas sobre lo que estaba ocurriendo en el país. Aunque siempre fueron encuentros amistosos, no había anécdotas de interés nacional que pudiera compartir. Así que, a pesar de considerarlos amigos, no los incluí en el libro. Conozco a muchos demócratas cristianos, y aunque también conozco a varios del lado derecho, me he sentido más cercano a algunos de ellos.
“Si creyera en el destino, diría que nací con el don de ser testigo privilegiado. Es como si estuviera en el lugar correcto en el momento adecuado. Por poner un ejemplo, en 1976, fui invitado por el gobierno chino a visitar China, en una época en la que aún estaba Mao y el país era un gran misterio, incluso para la mayoría de las personas. La invitación estaba relacionada con la continuidad de un tratado comercial que había firmado Allende. A pesar de que dejé el gobierno de Pinochet, seguí teniendo una relación cordial con las autoridades chinas. Recuerdo que al llegar, China era un lugar completamente desconocido, con ningún otro avión a la vista y una atmósfera singular, lo que me llevó a una experiencia increíble.”
¿Alguna figura, viva o muerta, le pidió que lo incluyera o lo excluyera del libro?
–No, nadie sabía que estaba escribiendo este libro, salvo mi familia, por supuesto.
De todos los presidentes que ha conocido, ¿qué características los unían y qué los diferenciaban?
-Todos ellos compartían una difícil de definir capacidad de liderazgo. Cada uno de ellos tenía el deseo de que su gobierno dejara una huella en la historia de Chile. Durante sus mandatos, había preocupación por cómo serían recordados. Sin embargo, había un defecto común entre ellos, relacionado con la falta de visión a largo plazo, debido a que su enfoque se centraba únicamente en su tiempo en el poder. En contraste, líderes como Putin pueden planificar a 12 años, mientras que un presidente en Chile solo piensa en un período de 4 años, lo que a menudo causa que pospongan problemas de mayor envergadura.
Un ejemplo simple: si consideramos el número de autos que se venden en Santiago, se puede calcular que si se esperan 300 mil autos nuevos y se retiran 20 mil, eso significa que la ciudad se saturará. Aunque existe información que sugiere que la infraestructura no soportará la carga de nuevo tráfico, para el presidente que solo piensa en su mandato, eso queda en un segundo plano.”
“Es verdad que la mayoría de las democracias son reactivas y no tienen la capacidad de anticiparse a las crisis. Siempre se critica la falta de preparación ante sucesos como el maremoto o un incendio; muchas decisiones se toman tarde. Por lo tanto, el sistema democrático enfrenta limitaciones significativas que impiden un enfoque más proactivo para abordar problemas que se avecinan.”
¿Qué características comparten los empresarios que ha conocido?
-Tienen un rasgo común que se puede entender como una compulsión a crear, a desarrollarse constantemente. Hay un afán incesante de innovar y mejorar. En realidad, muchos de ellos no buscan simplemente disfrutar de sus logros, sino que persiguen un crecimiento continuo, como si necesitaran estar siempre en movimiento.”
“A menudo, la sociedad mitifica lo que no conoce y crea una imagen distorsionada de figuras como los líderes izquierdistas o los empresarios. Por mi parte, he visto a muchos empresarios actuar con generosidad y compromiso, pero también he visto decisiones difíciles que deben tomar, lo cual les exige una dureza que puede resultar confusa para quienes no entienden la complejidad de su papel.”
“A pesar de sus logros, hay que reconocer que un empresario tiene que tomar decisiones difíciles, a veces impopulares, para el bien de la empresa. En este contexto, la percepción pública puede ser engañosa y las consecuencias de las decisiones empresariales a menudo recaen en la sociedad de maneras que no son comprendidas a fondo.”
¿Qué figuras femeninas influyeron en su vida?
–Decididamente, mi madre fue una mujer fundamental en mi vida. Además, conocí a figuras importantes como “La Paya” (Miria Contreras, secretaria de Salvador Allende), y otras como Carmen Puelma, Marlene Ahrens (la primera mujer medallista olímpica chilena) y Elena Waiss, quienes dejaron una huella significativa en mi trayectoria. Sin embargo, lamento que en mi tiempo, el feminismo no era lo que es hoy y la representación femenina era limitada en contextos relevantes.”
¿Hay algún personaje que soñó con conocer pero nunca pudo?
-Sin duda, me hubiera encantado conocer a Neruda. Aunque fui invitado al Senado en varias ocasiones, donde debía tratar con senadores comunistas, mi relación con ellos siempre fue educada, pero no amistosa. Neruda siempre fue hostil y eso dejó una impresión negativa en mí. Admiro profundamente su poesía, pero como persona, me resulta difícil de reconciliar.”
¿Los personajes actuales se asemejan a los que conoció en el pasado?
-Sí, y de hecho, estoy escribiendo sobre esto. Por ejemplo, fui amigo de Fernando Coloma, y veo similitudes con políticos de épocas anteriores, aquellos que creían en el diálogo y los acuerdos en nombre de la democracia. Sin embargo, en general, la mayoría de los políticos actuales que observo parecen más interesados en la confrontación y a menudo me generan vergüenza.”
“Me alejé de escribir en ‘El Libero’ porque sentí que hablaba a un público que ya estaba convencido de mis ideas. Mi deseo es llegar a una audiencia más variada, por eso ahora comparto mis reflexiones en ‘Radio Bio Bio’, donde tengo la oportunidad de confrontar diferentes opiniones.”

¿Desea seguir escribiendo libros, aunque sea de forma privada?
-Sí, de hecho he escrito otro libro, aunque no lo publicaré de inmediato. Comencé a reflexionar sobre lo que considero la obsesión empresarial por crecer constantemente. En el mundo empresarial, cuando una empresa se detiene, cae. Empezando con el análisis de la ambición humana, me questioné sobre el deseo fundamental de quienes, en general, buscan más en diferentes aspectos de sus vidas. Este cuestionamiento me llevó a explorar el fenómeno del imperialismo a lo largo de la historia, donde he encontrado que su origen se relaciona con esta ambición. Estoy escribiendo sobre los imperialismos a través de los tiempos y sus características, como el ruso, el norteamericano o el chino. Me he dado cuenta de que el deseo de conquistar y expandir el dominio va más allá de lo político y se encuentra presente en organizaciones religiosas también.”
He indagado cómo la Iglesia y el Islam fueron capaces de establecer formas de imperialismo a través de sus creencias y estructuras, y todo esto se refleja en cómo se administran esos territorios y poblaciones. Mi objetivo es entender si este deseo de expansión ha existido a lo largo de la historia y qué circunstancias han influido en ello, tanto en lo político como en lo religioso.”
¿Cómo le gustaría ser recordado a través de su obra?
-“Como un testigo privilegiado de una época, nada más.”
Con Información de radioportales.cl