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No le hagas a otros…

Dr. Franco Lotito C. – www.aurigaservicios.cl

Conferencista, escritor e investigador (PUC)

 

Las “reglas de oro” de la antigüedad griega y romana son principios morales generales que pueden expresarse de diversas maneras, ya sea de forma positiva y activa, como en: “Trata a los demás como te gustaría que te tratasen”, o de forma pasiva o negativa: “No hagas a los demás lo que no quisieras que te hicieran”.

Estas reglas se encuentran en prácticamente todas las culturas, religiones y filosofías, aunque formuladas de distintas maneras, y representan principios fundamentales sustentados en el “sentido común, el respeto y el principio de no agresión”. Se consideran la base de la reflexión teórica y del proceso histórico que llevó a la creación de los derechos humanos, es decir, normas morales que establecen pautas para el comportamiento humano y que han sido reconocidas como derechos legales en el ámbito nacional e internacional.

Para el filósofo griego Epicuro de Samos, la regla de oro se entiende como la “ética de la reciprocidad”, cuyo objetivo es minimizar el daño a pocas o muchas personas, buscando “maximizar la felicidad de todos”.

Un rasgo característico de ciertas personas es la incoherencia en su comportamiento; a menudo se involucran en la vida de otros, pero se irritan y enojan cuando alguien hace lo mismo con ellos. Esto plantea la pregunta: ¿por qué estas personas se entrometen en la vida ajena?

Existen numerosos ejemplos de individuos que dicen una cosa y actúan de forma contraria, generando desconcierto y rechazo en quienes les observan. Frases como “Fulanito dio una vuelta de carnero” o “se dio vuelta la chaqueta” hacen referencia a esta inestabilidad, hipocresía y cinismo, lo que les hace poco confiables al argumentar o defender sus ideas y opiniones.

Las personas inconsistentes suelen realizar acciones que no desearían que les hicieran: no quieren ser engañadas, pero son expertas en engañar; no les gusta que las mientan, pero no dudan en mentir a otros. En el caso de los mentirosos, es probable que atraigan mentiras y engaños hacia sí mismos.

De esta observación surge el dicho: “Así como pecas, pagas”, es decir, que lo que se hace mal o en perjuicio de los demás eventualmente regresará de la misma manera. Por lo tanto, es fundamental recordar la regla de oro: aprender a “tratar a los demás como uno desearía ser tratado”.

Es muy probable que el lector haya escuchado, en más de una ocasión, que comportamientos negativos atraerán negatividad, mientras que acciones positivas generarán circunstancias favorables. Un libro que aborda esta idea es “El secreto”, de Rhonda Byrne, que promueve la “ley de la atracción”, una creencia originada en el filósofo estadounidense William Walker Atkinson, que sostiene que, al pensar y actuar positivamente, las personas pueden superar obstáculos, liberarse de enfermedades y alcanzar lo que pareciera imposible.

Diversas tradiciones orales, literarias y filosóficas, junto con figuras históricas como Platón, Galileo Galilei, Ludwig van Beethoven, Thomas Alva Edison, Dale Carnegie y Albert Einstein, han aludido a este “secreto del bien hacer o bien pensar”.

Por lo tanto, es recomendable optar por ser positivos, correctos y respetuosos, y comenzar a tratar a los demás como nos gustaría que nos trataran a nosotros.

Con Información de osornoenlared.cl

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