En la comuna de Los Ángeles, numerosas mujeres han dejado una huella imborrable en la historia, marcando momentos clave y contribuyendo a su desarrollo en diversos campos. También hubo quienes, con su presencia cotidiana, fueron fundamentales en la vida comunitaria.
El Día Internacional de la Mujer tiene su origen en las manifestaciones de 1857 en una fábrica textil de Nueva York, donde las trabajadoras clamaban por mejores condiciones laborales. Años después, en 1908, la marcha «Pan y Rosas» reforzó estas demandas. Sin embargo, el evento que actuó como catalizador fue el trágico incendio en marzo de 1909 en la fábrica Cotton Textile Factory, que cobró la vida de 129 mujeres durante una huelga pacífica. Este suceso generó una serie de protestas y solicitudes en aras de la igualdad y un trato justo hacia las mujeres.
Los primeros años en la historia de Los Ángeles estuvieron marcados por la predominancia masculina en casi todos los aspectos de la vida pública. No obstante, un análisis de los registros históricos permite visibilizar el papel crucial que desempeñaron muchas mujeres en la sociedad, la educación y la política de la ciudad, a pesar de las limitaciones de la época.
Isabel Riquelme: la madre de Bernardo O’Higgins
Aunque las referencias a mujeres en los documentos históricos de los inicios de Los Ángeles son limitadas, Isabel Riquelme resalta como una de las primeras figuras documentadas. Como madre de Bernardo O’Higgins, lo acompañó desde su llegada en 1802 para hacerse cargo de la hacienda de “Las Canteras”, legado de su padre, Ambrosio O’Higgins.
Su apoyo fue esencial en la vida de su hijo, incluso durante su exilio en Perú tras las luchas por la independencia. Ella influyó de forma significativa en cómo su historia fue registrada, especialmente en la comuna de Los Ángeles, donde O’Higgins llevó a cabo importantes transformaciones políticas y sociales.
La filantropía femenina y la educación en el siglo XIX en Los Ángeles
Hacia finales del siglo XIX, las mujeres empezaron a manifestar su rol social a través de la filantropía, especialmente en el ámbito educativo y el cuidado infantil. Figuras como Isabel Robles, Auristela Dávila, Clara Rebolledo y Carmela Padilla se destacaron por sus contribuciones a organizaciones religiosas y sociales.
Dentro de este grupo, Sor Vicenta Carrasco es notable, pues dirigió durante años el hogar de niñas que actualmente lleva su nombre. Su legado fue tan significativo que, tras su fallecimiento en 1967, la principal avenida de acceso norte a Los Ángeles fue nombrada en su honor, perpetuando su recuerdo en la región.
Con la llegada del siglo XX, las mujeres irrumpieron en el ámbito educativo, marcando su huella. Emilia Requena se convirtió en la primera directora del Liceo de Niñas, abriendo camino a muchas otras educadoras que impactaron generaciones de estudiantes. Entre ellas, se destacan Gabriela Decap, Irma Yagui, y otras docentes influyentes como Irma Jana, Olga Pino, Eliana Martínez, Lucy Vilar y María Salas.
Una mención especial merece Carla Cordúa Sommer, nacida en Los Ángeles en 1925, reconocida filósofa y autora de una veintena de libros. Miembro de la Academia Chilena de la Lengua, recibió el Premio Nacional de Humanidades y Ciencias Sociales en 2011, posicionándose como una de las intelectuales más relevantes del país, según lo divulgado por la “Comunidad de Los Ángeles, Historia e Identidad.”
María Raquel Gutiérrez Ojeda: pionera en la política angelina
El acceso de las mujeres en la política de Los Ángeles fue un proceso tardío pero significativo. María Raquel Gutiérrez Ojeda fue la primera en desafiar el modelo conservador en 1946, presentándose como candidata del Partido Radical en las elecciones municipales. Su elección como regidora entre 1947 y 1950 la hizo la primera mujer en ocupar un cargo público en la ciudad.
Gutiérrez, quien volvió a repetir su cargo en 1949, también asumió como alcaldesa subrogante en varias ocasiones. Junto a su esposo, el médico Pedro Cortés, realizó una notable labor social, siendo reconocida como hija ilustre de Los Ángeles en 1962.
Su legado abrió las puertas para que otras mujeres incursionaran en la política local, como Olga Vélez de Porro (regidora entre 1953 y 1956) y Ana Paredes de Sauré, quien fue electa en dos períodos y llegó a ser intendenta en la década del ‘50. Sin embargo, la participación femenina en la política sufrió un estancamiento por más de 25 años, resurgiendo en 1992 con la presencia de nuevas candidatas.
La consolidación femenina en la política local en Los Ángeles
El retorno de las mujeres a la política angelina se hizo palpable con la elección de Teresa Stark como alcaldesa en 1994-1996, seguidas por las concejalas Myriam Quezada, Yasna Quezada, María Barra, Francisca Guzmán y Lidia Martínez en años posteriores.
A pesar de los avances, la lucha por la equidad de género en Los Ángeles ha sido extensa y ha enfrentado numerosos obstáculos. Sin embargo, el legado de mujeres como María Raquel Gutiérrez, Sor Vicenta, Carla Cordúa y muchas otras perdura, recordándonos que la historia de la ciudad también ha sido forjada por ellas.
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Con Información de elcontraste.cl
