“Las decisiones no se toman pensando en los príncipes de la iglesia”, afirmó la ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, en respuesta a los comentarios del cardenal arzobispo de Santiago, Fernando Chomali, quien calificó la postergación del proyecto de aborto sin causales como “un regalo”.
En una conversación con radio Cooperativa, la ministra abordó las críticas hacia la propuesta de ley de aborto y subrayó que “la mayoría de la población se opone a la penalización del aborto”.
Asimismo, Orellana se dirigió al cardenal Chomali, destacando que “las decisiones no se toman pensando en los deseos de los príncipes de la iglesia, que es lo que implica ser un cardenal”.
“En realidad, como hemos mencionado, el aplazamiento se hizo porque el Presidente anunció el 1 de junio dos iniciativas: el ingreso de un nuevo reglamento relacionado con las tres causales, que se está gestionando internamente en la Contraloría General de la República, y el proyecto de ley”, continuó Orellana.
“El reglamento ha tardado más de lo esperado, debido en parte a la gran cantidad de opositores, como los obispados de la iglesia chilena”, aseguró la ministra.
Añadió que al observar la realidad, después de siete años de la aprobación de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, todavía es necesario atender en Santiago a niñas que han sido violadas o que enfrentan embarazos avanzados, ya que el sistema de salud con el reglamento actual no puede atenderlas en sus regiones de origen.
A pesar de esto, Orellana afirmó no tener interés en «entablar un debate con la Iglesia Católica en este tema. No considero que su voz sea la única, ha habido muchas otras voces que se han expresado en los últimos días, no solo la de la Iglesia, y creo que sería provechoso, en un marco democrático, tener en cuenta todas ellas”.
Es importante recordar que durante la tradicional misa navideña en la Catedral de Santiago, Chomali comentó que la postergación de la iniciativa «ha sido un gran regalo que muchos chilenos aplaudimos».
“He recibido muchos regalos, pero hay uno extraordinario que el Gobierno le ha hecho al país: no perseverar en la ley de aborto libre”, añadió, explicando que “entendemos que hay embarazos complejos, pero no se soluciona eliminando la vida de un inocente”.
La ministra Orellana también mencionó que “una de las recomendaciones del sistema internacional es avanzar hacia la despenalización del aborto y establecer un acceso seguro. En Chile, a diferencia de otros países de Latinoamérica y el Caribe, no estamos enfrentando muertes por abortos inseguros de manera masiva, sino que operamos con un mercado negro inmenso”.
En esa línea, señaló que el aborto bajo las tres causales “tiene más de un 80% de apoyo, independientemente del segmento social, y goza de apoyo mayoritario en la sociedad. La población, en su gran mayoría, se opone a la penalización del aborto, según la encuesta del Centro de Estudios Públicos del último semestre”.
“Hay una mayoría que respalda las tres causales, un grupo menor que apoya la legalización completa, que tiene un porcentaje similar al de quienes están en favor de su prohibición. Sin embargo, casi nadie en la sociedad chilena está de acuerdo en que sea considerado un delito que deba ser perseguido, arriesgando cárcel para las mujeres”, remarcó.
De todas maneras, Orellana indicó que ese apoyo no se observaba en 2017 y que la presentación del proyecto de tres causales también requirió trabajo en el Congreso, a pesar de que la administración de Michelle Bachelet contaba con mayoría legislativa.
“Cuando se trata de derechos de las mujeres, lamentablemente, nunca comenzamos con una mayoría sólida. Lo que se requiere es diálogo, y eso es precisamente en lo que hemos estado ocupados”, concluyó.
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