La ministra de la Mujer y Equidad de Género, Antonia Orellana, enfatizó la relevancia de las mejoras que el gobierno ha implementado en el reglamento de la Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo en tres causales. Asimismo, habló sobre el anuncio de un futuro proyecto de ley para la legalización del aborto.
En una misiva enviada a El Mercurio, la ministra resaltó que desde 2018, más de 5.600 mujeres, incluyendo 445 menores de edad, han buscado atención en centros de salud por razones como violación, inviabilidad fetal o riesgo vital. “Cerca del 85% optó por interrumpir el embarazo, mientras que alrededor del 15% decidió continuarlo”, afirmó.
Para Orellana, esta ley ha sido fundamental, ya que ha permitido que las afectadas tomen decisiones cruciales en situaciones complicadas. “Ha brindado a más de 5.600 niñas y mujeres la oportunidad de decidir tras enfrentar circunstancias difíciles y dolorosas, permitiéndoles así comenzar a retomar su proyecto de vida, independientemente de la decisión que tomen”, añadió.
Sin embargo, la ministra advirtió sobre las restricciones que aún persisten debido a normativas impuestas en 2018. Según Orellana, es vital solucionar estos inconvenientes para asegurar que todas las mujeres, incluidas aquellas en áreas rurales o remotas, puedan ejercer su derecho de manera informada y con el respaldo necesario. “En 18 de los 68 establecimientos públicos de salud autorizados para realizar interrupciones voluntarias del embarazo, más de dos tercios de los obstetras son objetores de conciencia en casos de violación, y en 5 de ellos, la totalidad lo son”, señaló.
Para enfrentar estas dificultades, la ministra explicó que las modificaciones propuestas buscan garantizar el acceso a suficiente personal sanitario, así como traslados oportunos y el acompañamiento necesario. Estas propuestas ya han sido remitidas a la Contraloría para su revisión.
Orellana concluyó haciendo un llamado a priorizar la experiencia de las mujeres: “Nuestra invitación es a centrar la atención en las vivencias de mujeres y niñas y en su derecho a llevar a cabo su proyecto de vida”. Cerró su carta con una reflexión contundente: “Las mujeres tienen motivos, y estos no siempre se ajustan a una causal”.
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