Créditos fotográficos: Héctor Vargas
Desde la madrugada del sábado, miles de fieles católicos comenzaron a llegar a los santuarios de La Compañía en Graneros y Puquillay en la comuna de Nancagua, para rendir homenaje a la Virgen en el marco de la celebración de la Inmaculada Concepción.
Carabineros informaron que la festividad se desarrollaba con normalidad en ambos santuarios, donde el comercio y la devoción religiosa se entrelazaban en los alrededores. Era habitual observar a algunos fieles pagando mandas con esfuerzo físico, mientras otros aprovechaban las ofertas del lugar. Desde temprano se implementaron controles en las rutas y alrededores de los santuarios para garantizar la seguridad de los peregrinos. Se llevaron a cabo misas y confesiones a lo largo del día, invitando a los asistentes a acudir con ropa cómoda, mantenerse hidratados y no exhibir objetos de valor.
En Puquillay, el Santuario abrió sus puertas a las 05:30 horas, con misas programadas desde las 06:00 hasta las 20:00 horas. Además, sacerdotes estuvieron disponibles para atender a los fieles que deseaban confesarse. Algunos, al encontrar dificultades para subir al santuario, participaron en las misas realizadas en Puquillay Bajo. Como cada año, los devotos llegaron de diversos puntos de la región, iniciando el ascenso hacia el santuario, donde el terracería y la pendiente hacían de la subida un verdadero desafío. Durante el trayecto, los peregrinos eran recibidos por sacerdotes antes de participar en las misas en la cima del templo.
Por su parte, en La Compañía, la intensa actividad comercial acompañó la ferviente devoción alrededor del santuario. Las actividades comenzaron el sábado, con la primera misa del domingo 8 a las 05:00 horas, seguido de servicios a las 06:30 y 12:30. En la tarde, las misas se celebraron a las 14:00, 15:30, 17:00 y 18:30, finalizando la jornada con la última misa a las 20:00. El alcalde de Graneros, Marcelo Miñañir Matus, se reunió con el equipo municipal que se encontraba en el sector para asegurarse de que todo transcurriera adecuadamente para los asistentes a esta significativa fiesta.
Desde La Compañía, Monseñor Guillermo Vera Soto destacó que estos lugares son espacios donde se respira el alma, ya que todos enfrentan agobios y cansancios, y se necesita un refugio para sentirse acogido, descansar y ser escuchado, lo que se encuentra en el santuario junto a la Virgen. Resaltó que los peregrinos confían sus peticiones al Señor a través de la Virgen, así como las súplicas que cada uno lleva en su corazón.
Finalmente, añadió que “todo transcurre en un ambiente de alegría, paz y fraternidad, donde el alma se renueva y la esperanza florece, lo que beneficia a todos. Instó a vivir la fe cada día, para que la victoria de nuestra fe sea lo que prevalezca en el mundo, contribuyendo así al bienestar de una ciudad, una región y a una humanidad mejor”.
Con Información de www.elrancaguino.cl