Es fundamental identificar las señales de un sueño deficiente y aplicar consejos para conseguir un descanso reparador, lo cual contribuye a mejorar la memoria, el estado de ánimo, el rendimiento académico y laboral, la capacidad de resolución de problemas y disminuye el riesgo de trastornos del estado de ánimo como depresión, bipolaridad y esquizofrenia, entre otros.
Un sueño inadecuado puede acarrear consecuencias como un descenso en el rendimiento académico y laboral, y un aumento en la posibilidad de desarrollar enfermedades cardiovasculares y metabólicas, como la diabetes y la resistencia a la insulina. También puede alterar el apetito, provocando un aumento de peso y afectando el sistema inmunológico, lo que nos hace más vulnerables a otras enfermedades. Además, diversos estudios han evidenciado una fuerte conexión entre los hábitos de sueño y la salud mental: la falta de sueño puede incrementar de manera significativa el riesgo de trastornos mentales como la ansiedad y la depresión, así como agravar condiciones previas como la bipolaridad y la esquizofrenia.
El insomnio es un problema de salud pública a nivel mundial. Hasta un 60% de los adultos han experimentado dificultades para dormir alguna vez en su vida, lo que lo convierte en un asunto de alta prevalencia, según explica la doctora Evelyn Benavides, neuróloga del Sueño en Clínica Las Condes.
“Durante el sueño, se llevan a cabo funciones vitales esenciales para el organismo, indispensables para un funcionamiento físico y mental adecuado. Nos permite descansar de las actividades diarias, recargar energía, almacenar la información adquirida y producir varias hormonas, como la del crecimiento, entre otros beneficios que un buen sueño proporciona día a día”, aclara.
SUEÑO Y SALUD MENTAL
Diversas investigaciones han evidenciado la estrecha relación entre los hábitos de sueño y la salud mental. Cuando descansamos lo suficiente, nuestro cerebro tiene la oportunidad de realizar procesos vitales para la regulación emocional, la consolidación de la memoria y la reparación celular.
Estudios recientes han demostrado que la falta de sueño puede elevar de forma significativa el riesgo de padecer trastornos mentales, como la ansiedad y la depresión.
“Es fundamental resaltar que existe una relación bidireccional entre la salud mental y el sueño. No sólo el estrés y la ansiedad impactan negativamente en la calidad del sueño, sino que también la falta de sueño puede contribuir al desarrollo de trastornos mentales como la depresión y la ansiedad”, señala la Dra. Benavides.
Como menciona la neuróloga del Centro del Sueño CLC, durante el sueño, el cerebro se recupera y fortalece las conexiones neuronales; además, se realizan procesos de consolidación de la memoria y se liberan hormonas que regulan el estado de ánimo y el estrés, como la serotonina y el cortisol.
“La falta de sueño puede afectar nuestra concentración, memoria y estado de ánimo. Asimismo, puede aumentar la sensibilidad al estrés y la irritabilidad, lo que incrementa el riesgo de desarrollar trastornos como la ansiedad y la depresión”, destaca la Dra. Benavides. La carencia de sueño también puede alterar funciones cognitivas como la atención, la memoria y la toma de decisiones, lo que se relaciona con el bajo rendimiento académico y laboral.
“La privación del sueño afecta la corteza prefrontal, región del cerebro responsable del razonamiento y la planificación, y se ha vinculado a un empeoramiento de trastornos como la bipolaridad, la esquizofrenia y los síntomas en el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH)”, advierte la doctora Benavides.
La Dra. Benavides enfatiza que hábitos como el uso de pantallas antes de dormir, comer tarde y realizar ejercicio cerca de la hora de dormir, son costumbres perjudiciales que dificultan un sueño reparador, con diversas consecuencias para la salud.
SEÑALES
La especialista del Centro del Sueño sugiere estar alerta a ciertas señales que pueden indicar una mala calidad del sueño, tales como:
– Despertarse sin sentir descanso, incluso tras haber dormido las horas adecuadas.
– Notar una disminución en el rendimiento diario.
– Sufrir dolores de cabeza por la mañana.
– Tener problemas de salud como hipertensión, obesidad o diabetes que no logran controlarse adecuadamente con tratamientos.
RECOMENDACIONES
Por ello, las recomendaciones para lograr un buen dormir son:
– Establecer un horario fijo para levantarse y acostarse: el cuerpo se acostumbra a una rutina, facilitando el proceso de conciliación del sueño, lo cual también implica comer a la misma hora y no saltarse comidas, idealmente un par de horas antes de dormir para evitar que la digestión interfiera. Esta rutina debe respetarse incluso los fines de semana.
– Prepararse para dormir: tanto adultos como niños deben seguir una rutina que incluya disminuir la actividad, realizar actividades relajantes como leer y evitar la exposición a ruidos fuertes o luces brillantes. Se recomienda mantener la habitación a una temperatura entre 18 y 20 grados, sin ruidos externos ni luz.
– Pantallas apagadas: dispositivos como celulares, computadoras y televisores emiten luz que afecta la producción de melatonina, una hormona que facilita el sueño. Por lo tanto, evite el uso de pantallas antes de dormir o si se despierta en medio de la noche.
– Evitar siestas: no son recomendables para quienes tienen problemas de sueño nocturno. Si es necesario dormir en el día, limitarlas a menos de 30 minutos y antes de las 16 horas.
– Comidas ligeras antes de dormir: evite las comidas pesadas y aliñadas, así como también la cafeína por la tarde, y el alcohol y tabaco, pues pueden perturbar el buen dormir.
– Mantenerse activo durante el día y tranquilo por la noche: realizar actividad física es beneficioso para la salud y facilita la necesidad de dormir, pero es mejor hacerlo varias horas antes de acostarse, ya que aumentar la temperatura corporal puede dificultar el sueño.
Al seguir estas recomendaciones, es posible mejorar la calidad del sueño. Sin embargo, si persisten los problemas, es importante consultar a un especialista para evaluar posibles problemas médicos subyacentes y así mejorar la calidad de vida.
Fuente: Clínica Las Condes
Con Información de radioportales.cl
