La Ley de Responsabilidad Extendida del Productor (Ley REP) impone a los productores la responsabilidad de gestionar los desechos de envases y embalajes que introducen al mercado, mediante su adhesión a un Sistema de Gestión. En el ámbito no domiciliario, estos desechos constituyen un 40% del total generado en el país, lo que resalta la importancia del sector industrial en la transición hacia un modelo de valorización de residuos, permitiendo así cumplir con los objetivos establecidos por esta normativa.
Un año después de su implementación, han surgido desafíos relacionados con la amplitud del territorio, que implica la necesidad de alcanzar áreas geográficamente aisladas. Además, gran parte de las capacidades técnicas disponibles para la gestión de residuos se concentran en la zona central del país.
En este escenario, la logística inversa emerge como una herramienta de gran potencial para alcanzar las metas de valorización fijadas en la Ley REP, a la espera de que se realicen las inversiones necesarias en las distintas regiones. Este mecanismo resulta especialmente beneficioso en áreas donde los consumidores industriales, o generadores de residuos, se encuentran dispersos y distantes.
Hemos observado el interés de numerosos productores por explorar maneras de implementar la logística inversa para contribuir a la recuperación de estos residuos; sin embargo, esto conlleva un considerable aumento en los costos de gestión en comparación con la disposición final en rellenos sanitarios más cercanos, y se enfrenta a una normativa sanitaria que actualmente restringe el transporte de residuos a vehículos específicamente autorizados.
Al analizar estas situaciones junto con la industria, se han identificado varias estrategias para facilitar el desarrollo de la logística inversa, siempre con el objetivo de incrementar la proporción de residuos que logren ser reciclados y valorizados.
Existen ejemplos internacionales que ilustran soluciones a este problema. Aunque el marco normativo varía, se ha demostrado que las regulaciones pueden adaptarse a nuevas realidades y retos como los que plantea la Ley REP.
Por ejemplo, en Bélgica, hace 20 años nació la iniciativa “Clean Site System” bajo el Sistema de Gestión Valipac, enfocándose en los residuos de envases y embalajes plásticos en el sector de la construcción. La normativa sanitaria determinó que no hay riesgo en transportar de vuelta estos residuos en el mismo vehículo que lleva insumos y materias primas a las obras, siempre y cuando la carga se transporte en sacos diseñados para tal fin.
Este caso evidencia que es posible encontrar soluciones innovadoras y adaptadas a los tiempos actuales que permitan que la logística inversa contribuya a la gestión de residuos y a la disminución de emisiones en nuestro país. La colaboración y el compromiso tanto del sector público como del privado serán fundamentales para abrir el debate y tomar acciones concretas en este ámbito, ajustando determinadas regulaciones a partir de decisiones informadas y coherentes.
Lucile Richard, jefa de Economía Circular de ProREP
Con Información de www.elrancaguino.cl