Por Carlos Honorato, CEO de Orión.
La ciberseguridad ha evolucionado de ser un tema puramente técnico a convertirse en un aspecto estratégico que requiere atención desde los niveles más altos de las organizaciones. Con la implementación de la Ley de Ciberseguridad en Chile, los consejos de administración ya no pueden simplemente delegar este asunto a sus equipos tecnológicos.
En la actualidad, deben desempeñar un rol proactivo en la prevención de riesgos digitales, en la supervisión del cumplimiento de normativas y en la toma de decisiones que aseguren la continuidad operativa en un entorno cada vez más vulnerable a las amenazas cibernéticas.
El efecto de esta ley en la gobernanza corporativa es significativo. La normativa establece requisitos claros, tales como la designación de un delegado de ciberseguridad, la creación de planes para la continuidad operativa y la obligación de reportar incidentes dentro de plazos estrictos.
Responsabilidades que anteriormente recaían únicamente en el área de TI o en el equipo legal ahora son parte de la agenda del directorio. Desatenderlas podría resultar en sanciones económicas considerables y, en algunos casos, en responsabilidades legales personales para los directores.
La interrogante fundamental es si los consejos de administración están preparados para afrontar esta nueva realidad. Durante años, la ciberseguridad ha sido vista como un asunto técnico y alejado de la toma de decisiones estratégicas.
No obstante, hoy en día, la gestión del riesgo digital es tan crucial como la supervisión financiera o el cumplimiento normativo. Un ataque cibernético no solo compromete la operativa de la empresa, sino que también puede afectar su reputación, relaciones con clientes y proveedores e incluso su competitividad en el mercado.
El verdadero reto para los consejos de administración es integrar la ciberseguridad en la estrategia corporativa y destinar los recursos necesarios para su implementación. Esto implica no solo contar con expertos en la materia, sino también asegurar que los planes de acción sean efectivos y se alineen con las mejores prácticas internacionales.
La falta de conocimiento técnico ya no puede ser una excusa. Al igual que los directores deben entender principios financieros para supervisar la salud económica de la empresa, también deben familiarizarse con los riesgos y desafíos del entorno digital en el que operan.
El cambio de paradigma es ineludible. La ciberseguridad no es un tema opcional ni un gasto secundario, sino una inversión crítica para la sostenibilidad del negocio. Los consejos de administración que no aborden seriamente esta transformación ponen en riesgo no solo su seguridad frente a ciberataques, sino también su reputación, confianza y, en última instancia, la viabilidad de la corporación. La ciberseguridad es hoy un pilar fundamental de la gobernanza empresarial. Ignorarla no es una opción.
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