Una de las más emblemáticas figuras de la música mexicana habría cumplido 75 años el pasado 7 de enero. Con más de 1,500 composiciones inolvidables, su poderosa presencia en el escenario y una personalidad inconfundible continúan cautivando a un sinfín de admiradores. Al igual que ha sucedido con otras grandes leyendas, hay quienes aún se resisten a aceptar su partida.
El 23 de agosto se inauguró el Museo Juan Gabriel en Ciudad Juárez, la ciudad que lo vio crecer tanto en lo personal como en lo profesional.
Su infancia estuvo marcada por la experiencia en un internado, donde se sentía separado de su familia. Siendo el más pequeño de diez hermanos, fue allí donde descubrió su amor por la música. Juan Contreras se convirtió en su figura paterna, despertando en el joven Alberto Aguilera la pasión por la guitarra y el canto. En homenaje a su mentor, eligió el nombre artístico de Juan, añadiendo Gabriel en memoria de su padre biológico.
Fue en Ciudad Juárez donde, a los 15 años, debutó en la televisión local y comenzó sus primeras presentaciones en cabarets. Uno de estos, El Noa Noa, se convertiría en parte de una de sus canciones más memorables y vibrantes. Esta ciudad, símbolo de libertad y diversidad, le permitió al joven artista expresar su personalidad y su arte, conectando emocionalmente con un público que lo siguió por cuatro décadas.
Hoy, Ciudad Juárez tiene motivos para sentirse orgullosa de albergar el Museo Juan Gabriel, ubicado en la mansión que el cantante adquirió en 1984, un año crucial en su carrera con el lanzamiento de su éxito “Querida”. Esta canción rompió récords, no solo en México, sino en varios países de América Latina, manteniéndose en los primeros lugares durante más de 18 meses consecutivos.
Considerada un clásico, «Querida» formaba parte del mismo álbum que contenía otros temas memorables como “El Noa Noa” y “Que no diera yo”. En 1984, Juan Gabriel ya era conocido como el ‘Divo Juárez’ y había conquistado los corazones de sus seguidores con canciones como “No tengo dinero”, donde se identificaba con las luchas de la clase trabajadora, pero fue con «Querida» que alcanzó la cima de su carrera.
Las letras sobre desamor, pasión, nostalgia y la celebración de la vida convirtieron a Juan Gabriel en una leyenda, y sus canciones en auténticos himnos.
Una actuación que transformó la música en México.
La actuación de Juan Gabriel en 1990, ante más de mil asistentes, incluyendo al entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, en el Palacio de Bellas Artes de Ciudad de México, marcó un hito en la historia musical. Este venerado espacio nunca había recibido a un artista de música popular. La crítica y la prensa estaban divididas, pero las entradas para sus cuatro conciertos se agotaron.
Juan Gabriel interpretó sus inolvidables canciones, acompañado por la Orquesta Sinfónica Nacional, logrando un éxito rotundo y rompiendo la barrera entre la música culta y la popular. En un emotivo discurso, abogó por que todos los artistas tuvieran acceso a los escenarios, recordando que figuras como Bach, Beethoven y Mozart también enfrentaron dificultades en su tiempo.
Algunos críticos que cuestionaban su presencia en dicho escenario mostraron actitudes homofóbicas. Juan Gabriel nunca confirmó ni desmintió su orientación sexual, pero su estilo y su forma de ser no pasaban desapercibidos. En una entrevista en 2002, cuando se le preguntó directamente sobre su sexualidad, su célebre respuesta fue: “Dicen que lo que se ve, no se pregunta”.
La vida personal de Juan Gabriel.
La vida privada de Juan Gabriel siempre se mantuvo alejada del escrutinio público. Rechazaba consultas sobre su vida personal, argumentando que la existencia de Alberto Aguilera no era interesante.
El cantante reconoció a cinco hijos, todos con el segundo nombre Gabriel. Su hijo mayor fue concebido junto a Laura Salas, hermana de uno de sus mejores amigos, mediante fecundación in vitro.
Iván Gabriel Aguilera, su único hijo biológico, es el encargado de heredar el considerable patrimonio del artista. Los otros cuatro hijos fueron adoptados, formando así una familia numerosa que refleja la sensibilidad del cantante por la realidad de los orfanatos e internados donde creció.
La fortuna del ‘Divo Juárez’.
Tras la repentina muerte de Juan Gabriel en 2016, provocada por un paro cardíaco en su casa en California, surgieron certezas y algunas dudas que acapararon la atención de la prensa.
La más firme de las certezas fue la devoción de su público. Después de su fallecimiento, más de 700,000 personas visitaron su féretro en el Palacio de Bellas Artes, y más de once millones siguieron el evento fúnebre. Sin embargo, algunas voces aún debaten si realmente el divo falleció o simplemente decidió alejarse de la atención mediática.
Joaquín Muñoz, quien fue su agente en las décadas de 1970 y 1980, afirmó en 2018 que Juan Gabriel había tenido problemas de salud, pero que se estaba recuperando. Esta declaración fue respaldada por Pepe Zavala, expianista de Juan Gabriel, quien hizo la misma afirmación.
En 2020, un video que se volvió viral mostraba a un supuesto Juan Gabriel enviando un mensaje de esperanza durante la pandemia de coronavirus. Finalmente, se confirmaría que era un imitador que había suplantado su identidad.
Aunado a esto, la herencia y el destino del importante patrimonio de Juan Gabriel siguen generando noticias, ocho años después de su muerte. Su fortuna, valorada en 30 millones de dólares, así como los derechos de autor, fueron legados, según la voluntad del propio artista, a su hijo biológico Iván Gabriel. Pero esta decisión ha generado controversias.
Durante estos años, han emergido hijos no reconocidos, y versiones que afirman la existencia de testamentos donde la fortuna se distribuye equitativamente entre los hijos legítimos. Además, una reciente acusación de este mismo año por impago a asesores legales de Iván Gabriel pone en duda su condición de albacea…
Las grandes figuras atraen grandes titulares, tanto en vida como después de su muerte, y Juan Gabriel no es una excepción. Este ícono legendario solía llenar estadios con actuaciones ante más de 100,000 personas que vibraban al son de su música. Vendió más de 100 millones de discos, enamorando a diferentes generaciones a lo largo de 40 años. Es el autor de canciones como “Amor eterno”, que desde abril de 2024 forma parte del archivo de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos, una institución que cada año incluye audios considerados dignos de ser preservados para la posteridad.
Hoy, el legado de Juan Gabriel perdura en los corazones de millones. Aunque su persona ya no esté presente, su memoria sigue viva. Como mencionó uno de sus representantes el día de su fallecimiento: «Alberto Aguilera Valadez ha completado su tiempo y se ha graduado de la vida».
Carmen Jiménez.
EFE REPORTAJES
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