viernes 10 enero 2025
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La minería experimenta agotamiento.



La fatiga se diferencia de la somnolencia. Mientras que la fatiga implica una falta de energía y motivación, la somnolencia se refiere a la necesidad de dormir. Ambas sensaciones pueden ir acompañadas de apatía, ese sentimiento de que nada importa. Como podemos observar, nuestra minería se encuentra fatigada, sufriendo también somnolencia y apatía, lo que pone en riesgo su sostenibilidad a largo plazo. Esta situación no podemos permitirla.

Es imperativo reanimar la minería, sacarla urgentemente de este estado, y hacerlo de manera colectiva, sin excepciones, recordando siempre el bien supremo del país: el desarrollo y crecimiento socioeconómico. Además, hay una inercia, y una parálisis en la toma de decisiones que impide el cambio de rumbo necesario para que nuestra minería sea competitiva, generando divisas y promoviendo el crecimiento económico. Sin embargo, en tiempos recientes, la minería no ha crecido ni se ha desarrollado. Ha perdido su atractivo. Ya no es un lugar preferido para la inversión extranjera, ni el idílico hábitat que una vez fue, y puede que se pregunten: ¿a qué se debe esto?

Analicemos algunas de las razones por las que nuestra industria minera está sufriendo fatiga y somnolencia:

1. Ausencia de políticas públicas que impulsen y desarrollen la minería de manera efectiva. Existe una falta de motivación para encontrar soluciones a la venta del 10% de las acciones de la Empresa Nacional de Minería en manos del Estado. Esta venta, lejos de solucionar los problemas financieros de ENAMI, podría agravar la deuda a largo plazo por los ingresos limitados. En mi opinión, la valorización de ese 10% debería seguir el código VALMIN, que es el enfoque adecuado, y el valor debería superar los 900 MUSD, teniendo en cuenta un ritmo óptimo de producción que maximice el VAN del negocio y el precio del cobre, entre otros factores.

2. La demora en la obtención de permisos es inaceptable. La gran cantidad de permisos necesarios para desarrollar un proyecto minero es dramática; el tiempo que toma obtenerlos puede ser de años, lo que perjudica el atractivo de Chile y su competitividad. Los inversores prefieren otros lugares con menos complicaciones. Un ejemplo es la República Democrática del Congo, que, a pesar de sus riesgos, atrae gran parte de la inversión minera mundial.

3. La pérdida de capacidades de fundición en Chile. En menos de dos años, se han cerrado las fundiciones Ventanas y Paipote, lo que ha resultado en una pérdida de capacidad de fundición de 720,000 toneladas y obliga a Chile a incrementar la producción de concentrado entre un 50% y un 70% para el 2030. Esto es fruto de decisiones erróneas tomadas hace 10 o 15 años. Además, el cierre de Huachipato agrava la situación. Sorprendentemente, el Congo ha alcanzado a Chile en términos de capacidad de fundición, mientras que Perú superará a Chile en aproximadamente 13 años gracias a sus grandes proyectos de cobre.

4. La pérdida del atractivo para los inversionistas. Según el Ranking de Atracción de Inversiones Fraser, cada año perdemos posiciones, cayendo 6 lugares hasta el puesto 30. Estamos tomando un rumbo equivocado, aumentando la carga tributaria y aplicando un modelo de royalty que no favorece la inversión. Los inversionistas buscan otros ecosistemas más rentables, destacando Argentina, Perú y el Congo.

5. Falta de regulación sobre la exploración y explotación de salmueras en el Código de Minería. Chile posee algunos de los salares más grandes del mundo, y es inadmisible que no haya una regulación al respecto. La minería de salmuera debería ser incluida en los planes de estudio de universidades.

6. La inestabilidad jurídica y tributaria ha generado desconfianza en los inversionistas. Debido a constantes reformas tributarias, lo que se requiere son reglas claras y menor incertidumbre.

7. Disminución de reservas minerales. Desde 2004, Chile mantenía poco más del 30% de las reservas mundiales de cobre y más del 50% de litio. Hoy, estas cifras han disminuido drásticamente a un 22% y un 41%, respectivamente, lo que genera preocupación y refleja el inmovilismo actual, evidenciando síntomas de fatiga y parálisis empresarial.

8. Agotamiento de reservas de óxidos de cobre. Gran parte del auge de la minería en la década de 2000 se debió a la inversión y producción de la minería privada, que depende de la hidrometalurgia del cobre. A medida que se agotan estas reservas, se ve obligada a recurrir a concentrados, cuya rentabilidad es menor que la de los cátodos de cobre.

9. La situación del litio es crítica. A pesar de haber tenido más del 50% de las reservas mundiales, Chile ahora solo posee el 41%. Se necesita un cambio de dirección urgentemente para abrirse a la inversión privada y potenciar la producción, dado que existen más de 60 proyectos de litio en desarrollo a nivel global.

10. Los yacimientos de cobre en Chile son de ley baja. Se enfrentan a rocas más duras, minas más profundas, aumento de costos, falta de nuevos proyectos, y rechazo de los pocos que hay por parte del Comité de Ministros, que no contribuye a la solución.

11. Falta regulación para la minería de salmueras. Es urgente hacer concesible el litio, de lo contrario, corremos el riesgo de perder competitividad y divisas para el país.

12. Es necesario industrializar nuestros minerales. Debemos procesar nuestro cobre y litio, así como el renio, y no regalar los minerales contenidos en los concentrados que exportamos.

13. Falta una política y regulación para la minería submarina. El mar de Chile debe estar protegido para salvaguardar nuestras riquezas. ¿Alguien puede explicar por qué se votó por un candidato brasileño y no por uno chileno para la autoridad de fondos marinos?

14. Necesitamos una política de minería espacial. Es fundamental desarrollar un plan para no quedarnos atrás en este ámbito. Chile cuenta con el Instituto Chileno de Astrominería, ASTROMIN, que merece apoyo para futuras investigaciones.

Como se ha analizado, nuestra minería enfrenta un estado de fatiga y somnolencia extrema que debe ser corregido. Es crucial establecer un plan de acción realista que facilite la obtención de permisos y alivie la carga tributaria, que ya es elevada. El Ministerio de Hacienda parece no haber comprendido la magnitud del problema que enfrenta la minería, y ahora estamos enfrentando sus consecuencias.

Estamos ante una oportunidad con nuestros recursos de cobre y litio, los cuales serán altamente demandados en el futuro. ¿Qué es lo que falta? ¿Voluntad política? Además, es necesario un acuerdo amplio, mediante alianzas público-privadas. Se requieren decisiones urgentes.

La clave para revertir la fatiga está en manos de nuestras autoridades, y confiamos en que poseen la fórmula para revitalizar el sector, fomentando su crecimiento a través de políticas públicas efectivas. Es momento de volver a convertir a Chile en la capital minera del mundo.

“El veneno más peligroso es la sensación de logro. El antídoto es irse a acostar pensando en qué se puede hacer mejor mañana” (Ingvar Kamprad).

Manuel Viera, Presidente de la Cámara Minera de Chile

Con Información de radioportales.cl

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