Existen preocupaciones entre los establecimientos de comida y negocios del sector gastronómico que han estado trabajando durante años por eliminar el uso de plásticos de un solo uso. Esto se debe a que han constatado que también se prohibirá el reemplazo de estos plásticos por materiales compostables y biodegradables. Este hecho ha sido confirmado por proveedores de empaques y gráficos tras conversar con sus clientes sobre la Ley No 21.368, conocida como la Ley de Plásticos de Un Solo Uso.
Según la Asociación Gremial de Industriales Gráficos (Asimpres), que está compuesta en un 92% por pymes, la ley, que ha sido aplazada recientemente por falta de reglamento, podría acarrear consecuencias inesperadas que afectarían el desarrollo de la industria del compostaje y la gestión responsable de residuos en el país.
“Nuestro sector está comprometido con la necesidad de avanzar hacia una gestión sostenible de residuos y dejar atrás los materiales nocivos para el medio ambiente. No obstante, la ley tal como está planteada envía un mensaje negativo, ya que toda la industria de consumo masivo que está realizando la transición del plástico al papel no percibe que el cumplimiento de esta ley traiga beneficios ambientales reales”, señala María Eugenia Mingo, gerenta general de Asimpres.
La inquietud surge principalmente del artículo 3 de la ley, que establece la prohibición total de cualquier tipo de material de un solo uso en los locales de venta de alimentos, sin hacer distinción entre plásticos convencionales y aquellos que son biodegradables o compostables, como el cartón o productos elaborados a partir de fibras naturales.
“La verdadera contradicción de la ley radica en que las alternativas permitidas, además de reutilizables como vidrio, metal y cerámica, que son intensivas en consumo de agua y detergentes, son más plásticos. Este material es el más adecuado para cumplir con la obligación de reutilizar platos, vasos y otros utensilios, especialmente frente a la presencia de menores y adultos mayores. La resistencia del plástico rígido reutilizable, junto con su bajo costo, lo convierte en la opción predilecta para sustituir los materiales compostables y biodegradables que actualmente se utilizan. Esta contradicción de la ley revela que, aunque se busca reducir el uso de plásticos, en la práctica se prohíbe su reemplazo por alternativas más ecológicas”, añadió Mingo.
En términos claros, esta situación da lugar a una paradoja regulatoria, ya que, por un lado, se pretende eliminar los desechables plásticos convencionales, pero por otro lado, se limita el uso de alternativas más respetuosas con el medio ambiente, que ya están contribuyendo a una gestión sustentable de residuos y que podrían tener un papel clave en la transición hacia modelos de producción y consumo más responsables.
Como resultado, las industrias esenciales para promover el compostaje y la biodegradación de residuos en Chile se encuentran con obstáculos que podrían desincentivar su crecimiento y desarrollo.
“Nos preocupa que la Ley de Plásticos de Un Solo Uso sea una oportunidad perdida para, en lugar de prohibir, establecer incentivos que fomenten sustitutos más amigables con el medio ambiente, verdaderamente contribuyendo a una gestión de residuos circular”, destaca María Eugenia Mingo.
Ante esta situación, proponen la necesidad de abordar las normativas ambientales con una perspectiva integral, sin excluir opciones que puedan generar cambios significativos en diversas industrias y entre los consumidores, promoviendo la innovación y el desarrollo de nuevas tecnologías y materiales que avancen en esta dirección.
Con Información de elmauleinforma.cl