José Luis Cárdenas, Director de Asuntos Corporativos de Laboratorio Chile | Teva
La inteligencia artificial (IA) está ganando terreno en diversos campos, y se prevé que esta tendencia siga en aumento. Ante esto, surge la interrogante de cómo puede transformar nuestra manera de enfrentar los problemas de salud mental, en un contexto donde el 85% de las personas que necesitan atención no la reciben. Es fundamental entender que la IA no está destinada a reemplazar la intervención humana; se trata de una herramienta complementaria, y la humanización de la atención sanitaria sigue siendo esencial.
Una de las aplicaciones más prometedoras de la IA es la detección temprana de trastornos mentales. Al analizar grandes volúmenes de datos, esta tecnología puede reconocer patrones y señales de advertencia que podrían no ser evidentes, permitiendo así intervenciones más rápidas y adaptadas a cada caso.
Adicionalmente, la IA facilita el acceso a la atención. A través de aplicaciones y chatbots enfocados en salud mental, se ofrece apoyo emocional y tratamientos basados en evidencia a personas que, de otra manera, no podrían acceder a estos recursos, especialmente en zonas rurales o donde hay escasez de profesionales. Por otro lado, personaliza los tratamientos al examinar datos individuales y sugerir terapias adecuadas a cada situación.
No obstante, el avance de la IA también conlleva ciertos desafíos. El aumento del uso de esta tecnología para brindar apoyo emocional podría potencialmente incrementar el aislamiento social y crear dependencia tecnológica. La privacidad y la seguridad de la información son aspectos críticos, ya que cualquier brecha de seguridad podría resultar devastadora.
Además, la inclusión de la IA en el entorno laboral genera inquietudes relacionadas con la salud mental y la ansiedad en los empleados que temen perder sus empleos. Diversos estudios indican que la implementación de esta tecnología puede provocar incertidumbre, estrés e inseguridad laboral. Por ello, es vital que las organizaciones adopten estrategias que reduzcan estos efectos, como la capacitación y el apoyo emocional.
Si bien la IA tiene un enorme potencial para transformar la salud mental, es crucial que se aborden sus desafíos. Es esencial encontrar un equilibrio entre los beneficios y los riesgos que presenta, para maximizar su impacto positivo; para ello, requerimos de políticas públicas y protocolos que se discutan, investiguen e implementen adecuadamente.
El artículo El impacto de la inteligencia artificial en la salud mental fue publicado originalmente en Osorno en la Red.
Con Información de osornoenlared.cl