La reciente Encuesta de Vulnerabilidad Junaeb 2023 ha revelado deficiencias en la alimentación de los estudiantes chilenos. Por primera vez en casi seis décadas, el estudio incorporó preguntas sobre seguridad alimentaria y acceso a alimentos, mostrando que una gran parte de los escolares no cumple con las recomendaciones nutricionales básicas.
Los resultados son alarmantes: un 84,4% de los estudiantes no consume la cantidad adecuada de agua y el 72,4% no ingiere suficientes verduras. Además, entre el 25% y el 26% de las familias enfrenta dificultades económicas que limitan su acceso a una dieta saludable, suficiente y variada.
«La ingesta de agua es crucial para el buen funcionamiento del organismo. Una baja ingesta en niños ha demostrado afectar su nivel de atención, lo que repercute negativamente en su rendimiento escolar», señala la nutricionista Marcela Riquelme, magíster en Nutrición y docente de la Universidad de O’Higgins (UOH). Añade que «muchos niños que no beben la cantidad necesaria de agua tienden a consumir refrescos y bebidas gaseosas azucaradas, aumentando así su ingesta calórica diaria. En las escuelas, se podrían instalar bebederos en los patios y fomentar el uso de botellas reutilizables para mejorar la hidratación de los estudiantes».
Entre el 25% y el 26% de los encuestados enfrenta dificultades para acceder a alimentos saludables y variados, lo cual puede impactar negativamente su desarrollo físico y cognitivo. La anemia por deficiencia de hierro, que afecta la concentración y el rendimiento escolar, es una preocupación a nivel global. Mientras que el hierro se encuentra comúnmente en alimentos de origen animal, también está presente en legumbres, que son más accesibles.
«Para optimizar la absorción de hierro de origen vegetal, es fundamental combinar estos alimentos con fuentes de vitamina C y educar a la población sobre prácticas alimenticias adecuadas. Además, el consumo de bebidas como té o café puede interferir con la absorción de nutrientes esenciales como el hierro y el calcio, por lo que se recomienda limitar su ingesta», señala la especialista.
La encuesta, que abarcó a más de 760 mil estudiantes desde pre kínder hasta educación de adultos en diferentes establecimientos, también examinó la estructura familiar. Un 57% de los estudiantes vive en hogares con ambos padres, mientras que el 39% está en hogares monoparentales encabezados por mujeres. Solo un 0,81% reside en hogares homoparentales.
En términos de salud, los resultados son igualmente preocupantes. Aproximadamente el 60% de los estudiantes enfrenta problemas de salud, y el 34,9% presenta dificultades de aprendizaje, siendo más frecuentes en 1° medio con un 44,8%. Además, un cuarto de los estudiantes tiene alguna condición de salud diagnosticada, como asma (8,3%) o enfermedades broncopulmonares (3,5%).
La diversidad en la composición familiar puede impactar significativamente la alimentación de los estudiantes. En familias monoparentales, donde las madres suelen trabajar largas jornadas, los niños pasan más tiempo solos y tienen mayor libertad para elegir su alimentación, lo que puede llevar a una preferencia por alimentos altos en azúcares y grasas, menos saludables. Para apoyar a estas familias y mejorar la nutrición de sus hijos, se pueden implementar estrategias efectivas. «Una estrategia es preparar con antelación los alimentos que los niños pueden consumir en casa en ausencia de los padres. Estos alimentos deben basarse en preparaciones caseras y ingredientes naturales. Otra estrategia es evitar mantener en la despensa alimentos ultraprocesados (golosinas, snacks, etc.) de fácil acceso».
Una nutrición inadecuada puede afectar gravemente la salud bucal de los escolares, especialmente considerando que el 39% presenta múltiples caries. Para prevenir problemas dentales, es esencial que los niños asistan a sus controles odontológicos regulares, donde aprenderán sobre la higiene dental y salud oral.
«Desde una perspectiva nutricional, se debe evitar el uso de la mamadera nocturna después del primer año de vida, ya que esto incrementa el riesgo de caries en los dientes de leche, salvo en casos excepcionales como la desnutrición. Durante la etapa escolar, el consumo frecuente de golosinas, refrescos y bebidas azucaradas, sumado a una higiene oral inadecuada, contribuye a la formación de caries. Para mitigar estos problemas, se recomienda optar por alimentos con dulzor natural, como las frutas frescas, y considerar el uso de edulcorantes artificiales en bebidas. Todo esto debe complementarse con una correcta higiene dental para mantener una salud bucal óptima», concluyó Marcela Riquelme.
Con Información de www.elrancaguino.cl