“Hoy volvemos a izar el símbolo patrio porque Rancagua está resurgiendo. Esta bandera simboliza nuestra historia, nuestro orgullo y la determinación de una ciudad que no se rinde, avanzando firme hacia el futuro”, afirmó el alcalde Raimundo Agliati.
En una jornada repleta de simbolismo y emoción, la Bandera Bicentenario de Rancagua fue izada nuevamente en la Alameda, tras más de un año de ausencia. La ceremonia, llevada a cabo el 12 de febrero, coincidió con el aniversario de la proclamación de la independencia de Chile de España, realzando el significado de este emblemático símbolo tanto para la ciudad como para el país.
El evento reunió al alcalde Raimundo Agliati, así como a los concejales Edwin Perrett, María del Carmen Orueta, Graciela Reinoso, Luis Guerra y María Isabel Sagredo, además de un destacamento de la Brigada de Aviación del Ejército, quienes acompañaron el izamiento de este símbolo que, por su gran tamaño y ubicación, se ha convertido en un referente en la capital de la región de O’Higgins.
El alcalde Agliati enfatizó la relevancia de recuperar este emblema para la ciudad, señalando que su regreso significa mucho más que un simple gesto protocolar. “Hoy le devolvemos a Rancagua un símbolo de identidad que nunca debió desaparecer. Esta bandera no solo nos recuerda nuestra historia, sino que también nos inspira a avanzar con orgullo y compromiso”, sostuvo.
El alcalde añadió que “hoy izamos nuevamente el símbolo patrio porque Rancagua está despertando. Esta bandera es un reflejo de nuestra historia, nuestro orgullo y la fortaleza de una ciudad que avanza con determinación hacia lo que viene”, afirmó el alcalde Raimundo Agliati.
El izamiento de la Bandera Bicentenario constituye un hito en la recuperación de los espacios públicos y patrimoniales de la ciudad, reafirmando el compromiso de la administración actual de fortalecer la identidad local y valorar los símbolos que representan a la comunidad rancagüina.
Con este acto, Rancagua celebra su legado histórico y da un paso significativo hacia el futuro, con la bandera ondeando en lo más alto, como testimonio del espíritu resiliente y la fuerza de su gente.
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