Los empleados públicos están denunciando despidos injustificados, malos tratos, incertidumbre y acoso laboral, elementos que, según algunos concejales, estarían configurando el actual clima en el municipio.
Antes de asumir su cargo, el alcalde electo Marcelo Miñañir Matus comenzó a preparar su llegada al puesto. Sin tener un conocimiento claro de la situación ni basándose en evaluaciones de desempeño —denuncian los trabajadores—, habría iniciado una «violenta purga» entre los funcionarios a su cargo.
Hasta el momento, más de 60 personas han perdido su empleo, sin contar aquellos que han sido trasladados, cambiado de funciones o relegados a otros espacios dentro de las oficinas públicas.
«Esto responde a una decisión ideológica de un alcalde que no se tomó el tiempo de conocer a los funcionarios para poder realizar una evaluación adecuada. Justificó sus acciones en base a supuestas necesidades de la administración, mientras que contrató a personas con altos salarios. Nadie cuestiona que un nuevo alcalde traiga a su equipo de confianza, pero creemos que esta no es la manera de tratar a las personas que, entre el miedo y la incertidumbre, siguen asistiendo a sus labores. He recibido testimonios de violencia y violación de derechos básicos por parte de los nuevos directivos. Despidió a funcionarios con más de 12 años de carrera o cambió sus contratos reduciendo sus deberes y responsabilidades. Por lo tanto, esto no es un problema económico o presupuestario, sino claramente una acción política», explicó la concejala recién asumida, Valentina Segovia.
Asimismo, la concejala expresó que la situación de vulnerabilidad ha sido discutida entre los concejales y que no se quedarán de brazos cruzados. «Un grupo considerable de trabajadores está organizándose para presentar una demanda colectiva contra el alcalde Miñañir, y les ofreceremos nuestro apoyo en lo que necesiten. No es un chiste quedarse sin trabajo en tiempos como estos, donde la vida familiar, que él tanto promueve, se ve amenazada», enfatizó Valentina Segovia.
Por su parte, la concejala Natalia Espinoza subrayó que se está enfrentando a una gran injusticia, convirtiendo lo sucedido en Graneros en un verdadero despropósito. «Entendemos que se solicite la renuncia de quienes formaban parte del gabinete del anterior alcalde, sin embargo, no es ético despedir a todos los funcionarios sin justificación, muy por el contrario, todo esto parece un capricho de la administración. Lucharemos hasta las últimas consecuencias para defender a los trabajadores y buscaremos responsabilidades donde sea necesario».
Con Información de www.diarioelpulso.cl