La derrota frente a Bolivia en El Alto marcó un nuevo tropiezo para la Selección chilena, que se quedó sin Mundial por tercera vez consecutiva.
Además, esta eliminación derivó automáticamente en la salida de Ricardo Gareca, culminando un proceso lleno de errores.
Uno de los que comentó sobre la difícil situación de la Roja fue Ian Mac Niven, quien fue gerente de selecciones chilenas durante cuatro años.
«Es una serie de problemas de organización y falta de profesionalización en el deporte. Lo que sucede en el fútbol es más grave, ya que es uno de los pocos deportes que se autofinancia. A pesar de contar con más recursos, una mayor profesionalización y mejores instalaciones, no hemos logrado convertirlo en resultados», dijo en una entrevista con CNN.
«La falta de voluntad política es lo más preocupante. Ni (Manuel) Pellegrini ni Pep Guardiola podrían resolver esta situación. Es un problema más profundo que el de un solo entrenador», agregó.
Asimismo, mencionó: «Antiguamente, existían las divisiones inferiores. Actualmente, los dueños de los clubes no están obligados a invertir en estas categorías. Para muchos clubes, resulta más rentable a corto plazo la compra y venta de jugadores. Esto no tiene nada que ver con las divisiones inferiores. El alto rendimiento está en crisis. Hay un fenómeno de academias privadas donde son los padres quienes financian, y esto amplía la brecha. Genera un sistema perjudicial: si los clubes no son obligados a invertir en formativas, ¿de dónde obtendremos a los jugadores? Siempre hay talento, pero debemos ampliar el número de talentos disponibles.”
«¿Qué sucedió con la regionalización? Debería existir un centro en el sur y otro en el norte. Pero todo está centralizado. La mayoría de los jugadores seleccionados provienen de la región Metropolitana, lo cual crea un sistema perjudicial”, añadió.
Finalmente, concluyó: «Hay una zona de confort con el Canal del Fútbol y su influencia. Se ha convertido en una fortaleza, pero en términos deportivos, ha creado un ambiente negativo. Muchos de los clubes, cuyos dueños también son representantes, operan en dos ámbitos de negocio que no se alinean. En resumen, hay una gran falta de voluntad y, al final, prevalecen los representantes, en un sistema donde la compra y venta de jugadores es prioritaria sobre lo demás.”
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