Estudiantes de las sedes del sur de Santo Tomás, desde Talca hasta Punta Arenas, viajaron hasta Tomé, en la región del Bío Bío, para participar en los Trabajos Voluntarios de Verano del 7 al 13 de enero. Esta iniciativa, organizada por la Dirección de Asuntos Estudiantiles (DAE), busca motivar a los estudiantes tomasinos mediante actividades extracurriculares que permitan ayudar a las comunidades y familias más vulnerables, poniendo en práctica los valores y principios de Santo Tomás, como la empatía, la solidaridad y el servicio a los demás, además de contribuir a su formación profesional y desarrollo personal.
Desde Osorno, un grupo de 17 estudiantes de diversas carreras se trasladó entusiasmado por la oportunidad de mejorar la calidad de vida de las familias y de la comunidad en general, así como de fortalecer la camaradería y la empatía entre ellos durante su labor.
Paula Arias, directora de Asuntos Estudiantiles de Santo Tomás Osorno, destacó la actividad que se realiza cada año tanto en verano como en invierno. “Como es tradición, cada año se suman voluntariamente estudiantes para experimentar una transformación personal. Esta vivencia impacta profundamente en su aprendizaje, especialmente a través de las conexiones con las familias a las que ayudan, mejorando sus condiciones de vida mediante la construcción de mediaguas y el revestimiento de viviendas, así como a través de operativos de salud y otros servicios comunitarios. Durante el voluntariado, nuestros estudiantes fortalecen los valores del sello tomasino, mostrando gran entusiasmo y compromiso al ayudar a quienes más lo necesitan”.
Los estudiantes compartieron que su experiencia en los Trabajos Voluntarios de Verano en Tomé fue inspiradora y alentadora, ya que tuvieron la oportunidad de llevar alegría a las familias mediante gestos solidarios como la construcción de mediaguas y la mejora de viviendas, además de poner en práctica la empatía, la cooperación y el trabajo en equipo, aspectos fundamentales para el éxito de su labor en la localidad.
Fredy Garrido, estudiante del último año de Terapia Ocupacional y participante en esta actividad por cuarta vez, enfatizó la importancia de la conexión humana que se genera entre los beneficiarios y los compañeros. “Lo más valioso de los Trabajos Voluntarios es la relación que se establece; no solo transformamos un espacio físico, sino que también aportamos esperanza a quienes lo necesitan. Ver la gratitud en los rostros de las familias al final de cada jornada es muy gratificante, y me hace sentir que todo el esfuerzo ha valido la pena. Santo Tomás, a través de estas actividades, nos enseña valores como la solidaridad y la empatía, que son cruciales para nuestra formación profesional y nos recuerda que nuestras habilidades deben estar al servicio de los demás”.
Una reflexión similar fue compartida por Daniela Aguila, estudiante de último año de Enfermería y que ha participado en los Trabajos Voluntarios por tercera vez. “Los voluntariados siempre son una excelente oportunidad para ayudar a las personas más vulnerables y aportar nuestro granito de arena para mejorar su calidad de vida, así como para compartir, escuchar y dar ánimo, ya que cada familia enfrenta situaciones particulares. Esto resalta la importancia de los valores aprendidos en Santo Tomás, donde la solidaridad y la empatía son fundamentos que todos deberíamos incorporar en nuestras vidas. Si tuviera que dar un consejo a mis compañeros de sede, les diría que se animen a participar en los voluntariados, sin pensar que necesitan habilidades en construcción, ya que nuestros mismos compañeros nos enseñan, y al final formamos una verdadera familia”.
En total, más de 550 estudiantes y 130 colaboradores participaron en los Trabajos Voluntarios de Verano, impactando positivamente a 74 familias y 10 establecimientos educacionales en las localidades de Tongoy, Malloa y Tomé.
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Con Información de osornoenlared.cl
