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Especialista advierte sobre la importancia de identificar a tiempo el retraso en el crecimiento para evitar complicaciones.

A medida que pasa el tiempo, los padres pueden notar si su hijo o hija está creciendo de forma adecuada, al observar cambios en la talla del uniforme, en el número de calzado de un año a otro, o al comparar su estatura con la de sus compañeros de la misma edad. Estos son aspectos fundamentales, según los especialistas, ya que el crecimiento y desarrollo son indicadores clave de la salud infantil. Por ello, realizar un seguimiento constante y consultar al pediatra para llevar a cabo un control adecuado es esencial en cada etapa de la vida.
El doctor Alejandro Martínez, endocrinólogo pediátrico de Endoplus, enfatiza que “el desarrollo infantil es una preocupación contínua para los padres desde el nacimiento y se extiende a lo largo de la infancia y adolescencia. Es crucial estar atentos a las señales de alerta respecto al crecimiento, la alimentación y los hábitos en general, para prevenir complicaciones futuras en la salud de los niños. El análisis del peso y la estatura durante los controles médicos no solo orienta y acompaña a los padres en esta etapa, sino que también ayuda a identificar condiciones que requieren un seguimiento más específico”.
En este contexto, el especialista señala que el retraso en el crecimiento es una consulta común en Pediatría, lo que a menudo lleva a la derivación al endocrinólogo infantil. Por eso, “es vital que, ante cualquier alteración en la curva de crecimiento, un especialista evalúe la situación, ya que un diagnóstico precoz permite un seguimiento y tratamiento adecuados”.
El apoyo a los padres en esta fase inicial es fundamental para asegurar un desarrollo integral de sus hijos, abarcando aspectos cognitivos, físicos, emocionales y sociales. En este sentido, en marzo se lanzó @CrezcoBien, una iniciativa en Instagram destinada a guiar a los padres sobre la importancia de un seguimiento continuo del crecimiento durante la infancia y adolescencia.
El doctor Martínez resalta la importancia de herramientas como esta que “facilitan a los padres resolver sus dudas sobre la crianza y ofrecer consejos basados en evidencia científica sobre alimentación, higiene del sueño y el impacto de un crecimiento inadecuado en el desarrollo emocional y social de los niños y adolescentes”.
La iniciativa ‘Crezco Bien’ contará con el respaldo de diferentes especialistas en Pediatría, Endocrinología, Nutrición y Psicología, quienes ofrecerán una perspectiva integral para orientar a los padres durante el crecimiento de sus hijos.
Según la Organización Mundial de la Salud, el retraso en el crecimiento infantil es uno de los desafíos más significativos para el desarrollo humano y afecta alrededor de 162 millones de niños menores de 5 años. Este retraso, o baja estatura para la edad, se define como una estatura que se encuentra más de dos desviaciones estándar por debajo de la mediana de los patrones de crecimiento infantil.
Velocidad de crecimiento: un indicador clave a evaluar
Según UNICEF, hasta el 2020, en Chile había 4,259,155 niños, niñas y adolescentes de 0 a 17 años, lo que significa que aproximadamente 127 mil forman parte del 3% con talla baja establecido como percentil de referencia.
Para los especialistas, la talla y la velocidad de crecimiento son variables muy útiles para evaluar la salud en la infancia y adolescencia. Una desviación significativa de la curva de crecimiento normal puede indicar la primera manifestación de una alteración clínica relevante. La velocidad de crecimiento es el parámetro más sensible, pues permite identificar diferencias que a menudo se producen antes de los cambios en la altura absoluta. Este parámetro debe establecerse en períodos no menores a 6 meses para escolares y 3 meses para lactantes, prestando particular atención a desviaciones significativas, en lugar de aquellas menores que pueden aparecer en niños dentro de la normalidad.
Entre las causas más comunes de baja estatura se encuentran la talla baja familiar, el retraso constitucional del crecimiento y desarrollo, trastornos endocrinos, restricción del crecimiento intrauterino, alteraciones nutricionales, enfermedades sistémicas, alteraciones cromosómicas y displasias óseas, entre otras.
Si bien la genética influye en alrededor del 80% de la estatura de una persona, existen otros factores que afectan el crecimiento y desarrollo, siendo la alimentación uno de ellos. Por tanto, los especialistas destacan la importancia de mantener buenos hábitos y una dieta balanceada para asegurar un crecimiento adecuado en niños y niñas.

Con Información de osornoenlared.cl

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