jueves 5 junio 2025
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¿Es posible mejorar la educación pública? Los datos sugieren que sí.

Durante décadas, el deseo de mejorar la calidad educativa ha sido un anhelo de nuestra sociedad. Sin embargo, las desigualdades en el aprendizaje entre estudiantes de diferentes contextos socioeconómicos siguen siendo significativas. Hoy es crucial encontrar soluciones que no solo diagnostiquen el problema, sino que también ofrezcan rutas claras para avanzar.

La buena noticia es que existen estas rutas, y una de ellas es la colaboración entre el Estado y la sociedad civil. Cuando se unen la visión, el compromiso y un trabajo técnico sostenido, se pueden obtener resultados positivos.

Un caso ejemplar son los recientes logros del Servicio Local de Educación Pública Costa Araucanía (SLEPCA). En la prueba SIMCE 2024, las escuelas de esta región presentaron mejoras notables en los aprendizajes. Desde 2022 hasta 2024, los alumnos de 4° básico aumentaron 27 puntos en Matemática (de 229 a 256) y 18 puntos en Lectura (de 238 a 256). Lo más relevante es que el porcentaje de estudiantes en nivel insuficiente disminuyó del 58% al 33% en Matemática y del 47% al 35% en Lectura, mientras que creció el número de alumnos en nivel adecuado.

Estos avances no son fruto del azar. Desde 2022, el Instituto Natura, en colaboración con el CIAE de la Universidad de Chile y el SLEPCA, ha implementado una estrategia enfocada en el fortalecimiento pedagógico del primer ciclo. Más de 2,000 estudiantes y 58 escuelas han participado en este proceso, que combina acompañamiento técnico, respeto por la autonomía escolar y una comprensión profunda del territorio.

Esta colaboración no sustituye al Estado: lo refuerza. Proporciona capacidades, metodologías y tiempo para apoyar el trabajo de los equipos locales, generando un entorno propicio para el aprendizaje, incluso en contextos difíciles. En Costa Araucanía, el 91% de los estudiantes pertenecen a los dos quintiles de menores ingresos del país. Que haya habido una mejora en los aprendizajes en este contexto es una clara señal de que el cambio es posible.

Es cierto que el SIMCE no lo mide todo. Sin embargo, cuando los avances son evidentes y sostenidos, es esencial reconocerlos, ya que demuestran que la transformación educativa no solo es necesaria, sino también alcanzable.

Esperamos que estos resultados motiven a nuevos actores a unirse a este esfuerzo colectivo. La mejora de la educación pública requiere alianzas duraderas, una visión compartida y una profunda convicción: que todos nuestros estudiantes merecen oportunidades reales para aprender y desarrollarse, sin importar su origen.

Marcela Ramos
Directora Ejecutiva, Instituto Natura Chile

Con Información de hoysantiago.cl

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