Claro, aquí tienes una versión reescrita del contenido:
Esta columna surge a raíz de la cobertura mediática sobre el crematorio de la vergüenza, una instalación situada en el sector Norte de Talca que ha puesto de manifiesto el grave abandono que sufre esta área de la ciudad. No obstante, el crematorio es solo la parte visible de un problema mucho más profundo: un barrio acosado por la delincuencia, el deterioro urbano y la indiferencia de las autoridades, condenando a sus habitantes a vivir entre el olvido y la desesperanza.
El sector Norte de Talca, delimitado por el mencionado crematorio de la vergüenza, la Población Las Américas, la Universidad de Talca y la Avenida Circunvalación, ha pasado a ser un barrio de la desesperanza. A diferencia de otras zonas, como Las Rastras, que reciben atención y han experimentado un desarrollo próspero, este sector queda relegado, sufriendo un deterioro constante. ¿Hasta cuándo continuará esta política de abandono?
No solo el crematorio, la delincuencia también nos devora
La delincuencia se ha apoderado del barrio, mientras las autoridades policiales y municipales parecen inactivas. Los residentes afirman que el cuadrante 8, encargado de la vigilancia, se ha vuelto un chiste de mal gusto.
“Llamamos al 133 y prometen enviar una patrulla, pero nunca llegan. En cambio, los vemos en el servicentro Copec, tomando café y conversando”, relata un vecino, que prefiere permanecer en el anonimato por temor a represalias. La falta de patrullajes y rondas nocturnas ha transformado el sector en un terreno propicio para el delito. “Estamos a merced de los delincuentes, y nadie se preocupa por nosotros”, añade otro vecino.
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Además, la falta de control vehicular por parte de Carabineros es preocupante. Los residentes han denunciado la circulación de vehículos sin patente y motos con dos ocupantes, muchos de ellos extranjeros, que han estado involucrados en asaltos a estudiantes. Por miedo, varias de las víctimas optan por no reportar el robo de sus pertenencias, lo que perpetúa la inseguridad en el barrio.
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Para agravar la situación, un vehículo abandonado ha permanecido aparcado en la 7 Oriente con 22 Norte durante aproximadamente dos años, intensificando la percepción de deterioro en el barrio. Ninguna autoridad se ha hecho responsable de sancionar al dueño o de retirar el vehículo, dejando a los vecinos lidiar nuevamente con el desinterés institucional.
La Universidad de Talca: Ignora a sus estudiantes
Es frustrante sentir que aquellos que deben velar por tu bienestar te han abandonado.
La Universidad de Talca, que se presume como la mejor estatal de las regiones, se desentiende mientras sus estudiantes se convierten en presas para los delincuentes.
“Nos sentimos desprotegidos. Vivimos con miedo porque casi todos los días un compañero o compañera es asaltado, y la universidad no toma medidas. Uno esperaría que al menos reconocieran el problema y coordinaran una respuesta pública. Al final, parece que prefieren gastar en cuidar sus jardines en lugar de protegernos”, comenta una estudiante que ha sido víctima de la delincuencia. Muchos jóvenes, que provienen de familias trabajadoras, eligen vivir en esta zona por su accesibilidad económica. Sin embargo, la indiferencia de la institución los deja expuestos a una inseguridad que parece interminable y los estudiantes esperan más de su universidad.
El abandono por parte de las autoridades y la falta de acción policial han llevado a numerosas comunidades a un deterioro progresivo, afectando su calidad de vida. Caminos y parques sin mantenimiento, bancas rotas y espacios públicos descuidados se convierten en terreno fértil para la delincuencia, generando un ciclo vicioso que obliga a los residentes a recluirse en sus hogares. Una vecina lamenta: “Vivimos encerrados por temor a la delincuencia, pero siempre me preocupa que si ocurre un incendio, no podré escapar con mis hijos. No es justo vivir así, como prisioneros en nuestra propia casa”.
El Crematorio de la Vergüenza: Una Decisión Infame
El Crematorio Parque Las Rosas simboliza la desvergüenza y la ineptitud de las autoridades locales. Los vecinos relatan cómo este crematorio fue instalado a escasa distancia de sus hogares, sin un estudio serio que evaluara su impacto ambiental. “¿Cómo es posible que una autoridad como René Alejandro Christen dijera que el crematorio de la vergüenza no tendría un impacto significativo y que por lo tanto no requeriría evaluación de impacto ambiental? ¿Y cómo pudo el alcalde Juan Carlos Díaz aprobar su ubicación tan cerca de viviendas?”
“Si esto no es mala fe, es pura incompetencia por parte de nuestras autoridades”, opina un residente. La presencia del crematorio no solo atenta contra la calidad de vida de los vecinos, sino que también ha ocasionado una disminución drástica en la plusvalía de sus propiedades. ¿Qué opciones les quedan a estas familias?
A pesar de que la Seremi de Salud suspendió temporalmente las operaciones, los vecinos demandan la erradicación definitiva del crematorio. “No queremos más soluciones parciales. Esto no puede seguir aquí”, concluyen.
La Lucha por la Dignidad
En medio de esta desolación, los vecinos resisten. Muchos agradecen a personas como el diputado Alexis Sepúlveda, que han llevado su voz a nivel nacional. Sin embargo, esto no es suficiente. Los residentes exigen acciones inmediatas: patrullajes efectivos del cuadrante 8, vigilancia constante de seguridad ciudadana, intervención estatal, la eliminación total del crematorio y una inversión real en la recuperación del barrio. En este sentido, están a la espera de poder reunirse con el nuevo Gobernador Regional para ver si esta vez la política no los defrauda.
Grupo de vecinos de Lircay
Con Información de elmauleinforma.cl
