Por Alfonso Molinare, Country Manager de Ebury en Chile.
La industria de la cereza en Chile se encuentra ante un desafío significativo para la temporada 2024/25. Después de un periodo de impresionante crecimiento, impulsado por una demanda china en constante aumento, la sobreoferta ha llevado a una caída de los precios en el momento más crítico de la temporada, afectando los márgenes de numerosos productores.
Esta fuerte dependencia del mercado chino, que absorbe la mayoría de las exportaciones chilenas, ha hecho que el sector sea susceptible a las fluctuaciones en la economía de ese país. En esta ocasión, la dificultad no proviene de una reducción en la demanda, sino de una sobreoferta notable que coincide con el Año Nuevo Chino, un momento clave en el que se establecen los precios al llegar las mercancías.
No obstante, este reto también presenta oportunidades. Muchas empresas están revisando sus modelos de negocio y buscando soluciones innovadoras, con un enfoque en la diversificación de mercados para garantizar la sostenibilidad a largo plazo. Esta estrategia, como se ha observado en otros sectores agrícolas, requiere un esfuerzo que va más allá de simplemente expandirse geográficamente. Es necesario entender las particularidades de cada mercado, adaptar los productos a las preferencias y exigencias locales, y construir relaciones comerciales sólidas y duraderas. Esto demanda tiempo y recursos, como obtener certificaciones de sostenibilidad ambiental y social, que son cada vez más valoradas en ciertos mercados. Además, es fundamental mejorar la eficiencia, reducir costos y asegurar la previsibilidad del flujo de caja para competir en un mercado global cada vez más exigente.
En estos esfuerzos de diversificación y mejora de la eficiencia, los aspectos financieros y los costos transaccionales, a menudo pasados por alto, cobran una importancia crucial. Aquí es donde los servicios financieros globales pueden ofrecer un valor significativo. Disponer de las herramientas financieras adecuadas para la expansión internacional se convierte en una ventaja competitiva. Estas herramientas deben facilitar: (i) la recaudación en moneda local, (ii) la liquidación de divisas a precios competitivos y de manera ágil, y (iii) la gestión de los riesgos cambiarios. Con frecuencia, es solo después del ajetreo de la temporada cuando se reconoce el impacto positivo que estas herramientas pueden tener en la rentabilidad.
En tiempos de incertidumbre, cuando los modelos de negocio están en revisión, también surgen posibilidades de innovación en el ámbito financiero. Es fundamental buscar socios especializados que apoyen la expansión y el crecimiento de las empresas exportadoras del sector agrícola para lograr el éxito en esta temporada y en las futuras.
Con Información de www.elrancaguino.cl