El conjunto habitacional Santa Teresa, ubicado en San Bernardo, ha sido premiado en la categoría de proyectos de integración social en la décima edición del Premio Aporte Urbano (PAU) otorgado por la Cámara Chilena de la Construcción. Este desarrollo comprende cinco edificios de cuatro pisos, que podrán acomodar a 185 familias, de las cuales un 30,27% provenía de campamentos y logró organizarse para solicitar un subsidio de vivienda. Este condominio fue posible gracias a la colaboración entre el sector público y privado, incluyendo a TECHO-Chile, la constructora EBCO, el diseño de EB Arquitectos y el apoyo del FIS Ameris Capital.
El barrio está dotado de espacios recreativos tales como áreas verdes diseñadas por Patio Vivo, estacionamientos para bicicletas, una sala multiuso y una plaza de juegos infantiles. También cuenta con cuatro locales comerciales y se encuentra a pocos minutos de la nueva estación de metro Hospital El Pino, así como de un centro de salud y un Cesfam, evidenciando su carácter de proyecto de vivienda de interés social con un buen acceso a la ciudad.
En 2015, TECHO-Chile inició, con el apoyo de Sodimac, las primeras tareas con las familias del campamento Santa Teresa, marcando el comienzo del proyecto en 2020. Desde ese momento, el trabajo se extendió por cinco años, que incluyeron la tensión de la pandemia, más de un año para obtener los permisos de edificación, y dos años de construcción. Durante este tiempo, las familias han habitado temporalmente en otros lugares, gracias a un subsidio de albergue transitorio proporcionado por el Departamento de Asentamientos Precarios de Serviu RM, con la colaboración de la Municipalidad de San Bernardo.
Actualmente, hay más de 113 mil familias viviendo en campamentos, sin acceso a servicios básicos ni cercanas a infraestructuras urbanas como centros de salud y estaciones de bomberos. El número de familias en esta situación ha ido en aumento desde 2011, con entre 2 mil y 3 mil nuevas familias cada año, según datos que indican que la mayoría toma esta decisión por razones económicas o para dejar de vivir de allegados. En total, más de 650 mil familias en Chile requieren una vivienda, ya sea en campamentos o viviendo en condiciones precarias.
La espera promedio para obtener una vivienda de interés social es de once años. “Durante este periodo, las familias que residen en campamentos enfrentan una precariedad que impacta en su salud, seguridad y calidad de vida, incluyendo riesgo de enfermedades y vulnerabilidad ante fenómenos naturales, lo que crea una emergencia continua”, comentó Benjamín Donoso, Capellán de TECHO-Chile.
“Es urgente explorar nuevas estrategias habitacionales que permitan que más familias vulnerables accedan a viviendas adecuadas. Para ello, la cooperación entre la sociedad civil, el sector privado y el público es esencial. Es necesario un esfuerzo conjunto y eficiente para abordar la crisis habitacional que enfrenta nuestro país. En este sentido, el PAU reconoce el trabajo colaborativo, el diseño adecuadamente integrado en la ciudad y el trayecto habitacional de estas 57 familias”, afirmó Bárbara Callejas, directora de la inmobiliaria social de TECHO-Chile.
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