Luego del fallecimiento del Papa Francisco, se ha revitalizado el recuerdo de uno de los últimos milagros reconocidos que no posee explicación científica, el cual tuvo lugar en la Región del Biobío y que alimentó la fe de una mujer y su familia.
En el corazón de la comuna de Quilleco, una pequeña localidad rural se produjo uno de los últimos milagros reconocidos por el Papa antes de su deceso. Este milagro involucra la notable recuperación de Audelia Parra Parra, una mujer de 81 años del sector rural de Las Águilas. Su sanación fue considerada por el Vaticano como un acto de intercesión divina, lo que abrió el camino para la canonización de la beata Vicenza María Poloni.
El suceso tuvo lugar en diciembre de 2013, cuando Audelia fue hospitalizada en el Complejo Asistencial «Dr. Víctor Ríos Ruiz» en Los Ángeles para realizar una cirugía rutinaria que se complicó gravemente. Una hemorragia interna provocada por una laceración aórtica desembocó en un shock hemorrágico que llevó a los médicos a prepararse para lo peor.
«Era prácticamente irreversible», afirmaron en su momento. Sin embargo, en ese contexto de desesperación, su nieto Álvaro Martínez Leal, ahora sacerdote, inició una fervorosa cadena de oración. Esta oración estuvo dirigida a la beata italiana Vicenza María Poloni, quien inspiró a las Hermanas de la Misericordia que operaron durante años en Quilleco.
Lo que ocurrió después fue, según el personal médico, un verdadero desafío a la lógica clínica. Contra todo pronóstico, Audelia se recuperó totalmente y ahora vive en buena salud en su hogar rural, rodeada por la misma comunidad que clamó por su vida y que agradece por el milagro.

El Papa Francisco y el milagro
El Vaticano, tras llevar a cabo una exhaustiva investigación, determinó que la recuperación de Audelia no tenía explicación científica, clasificándolo oficialmente como un milagro. Este hecho se convirtió en la pieza final necesaria para la canonización de Vicenza María Poloni, fundadora del Instituto de las Hermanas de la Misericordia en Verona, Italia.
El cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, aseguró que la sanación de Audelia cumple con todos los requisitos canónicos. A pesar de que aún no se ha fijado una fecha para la canonización, se anticipa que ocurra en el Vaticano en los próximos meses.
Este milagro cobra una importancia aún mayor, ya que fue uno de los últimos actos de reconocimiento oficial firmados por el Papa Francisco antes de su muerte. En sus últimos años como pontífice, el Papa argentino fue un fuerte promotor del reconocimiento de santos y santas cuyas vidas fueron un ejemplo de dedicación hacia los más necesitados. Esto es especialmente cierto en el caso de Vicenza María Poloni, quien fundó su congregación en medio de una epidemia de cólera para ayudar a los más desfavorecidos.
Quilleco con fe
Este caso ha renovado la memoria de las Hermanas de la Misericordia en Quilleco. Su misión en la parroquia Nuestra Señora de Las Mercedes dejó un impacto espiritual profundo en la comunidad entre 1993 y 2013. Hoy, su legado resuena más que nunca, gracias a un milagro que ha colocado a la comuna en el mapa de la santidad, conectando con emoción la fe del sur de Chile con la historia de una futura santa italiana.
Este acontecimiento no solo representa un hito para la Iglesia Católica, sino también para la Región del Biobío, que ve en este milagro una señal de esperanza y una conexión única con los misterios de la fe, especialmente considerados los eventos del pasado fin de semana y las perspectivas venideras.
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Con Información de elcontraste.cl