Con esta información, resulta evidente que prescindir de los abrazos no es sencillo. Para recordar la importancia de abrazarnos diariamente, se instauró el «Día Internacional del Abrazo», en todas sus formas, ya sea un saludo, un gesto de amor o un consuelo. Existen abrazos que se dan en momentos tristes y alegres, y su significado varía según la cultura.
Durante la pandemia, aprendimos a apreciar la falta de estos gestos tan cálidos, y ahora, al recuperarlos, los abrazos se sienten más significativos.
Los abrazos también se han convertido en una forma de terapia conocida como «abrazoterapia», y ahora son parte de la formación de enfermeras en diversos centros de salud.
En resumen, si practicáramos más a menudo los abrazos en todas sus variantes, podríamos incrementar nuestra felicidad. Origen y beneficios. La iniciativa de celebrar un día dedicado al abrazo fue propuesta por el psicólogo y pastor estadounidense Kevin Zaborney, quien al estudiar el estrés descubrió que aumentar la cantidad de abrazos recibidos mejora la salud mental, emocional y física. Esto se inició en 1986 en Clio, Michigan, y desde entonces, cada 21 de enero se conmemora este día.
Varios estudios respaldan que los abrazos ayudan a reducir la frecuencia cardíaca, disminuir el cortisol —la hormona del estrés— y aumentar la producción de oxitocina, dopamina y endorfinas, hormonas que promueven la felicidad y el bienestar.
Además, se ha comprobado que los abrazos favorecen la producción de glóbulos blancos, esenciales para un sistema inmunológico saludable, nuestra defensa contra enfermedades.
A través de los abrazos, fortalecemos las conexiones con los demás, aliviamos el dolor de otros y el nuestro, y fomentamos el sentido de pertenencia a un grupo.
Por el contrario, la falta de abrazos puede llevar al aislamiento y a una mayor vulnerabilidad. Los expertos incluso mencionan el término «enanismo psicosocial», una condición derivada de la ausencia de este tipo de contacto que podría ocasionar la muerte de neuronas. Abrazos en diferentes culturas. No obstante, la interpretación de los abrazos varía según la cultura. Los mediterráneos y los hispanoamericanos son los más afectuosos, mientras que en los países nórdicos son menos expresivos y en Asia, los abrazos son poco frecuentes.
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Incluso dentro de las culturas hay disparidades según el género. Por ejemplo, las mujeres españolas suelen abrazarse y besarse, mientras que los hombres españoles apenas se besan fuera del entorno familiar, a diferencia de los hombres franceses que se saludan con dos o tres besos en las mejillas.
En China, los abrazos entre padres e hijos no son bien vistos. Y en varios países árabes, aunque sorprenda, es común que los hombres pasen de un apretón de manos a un abrazo cordial, y si son amigos cercanos, hasta un roce de mejillas es aceptable. Abrazos, pero con moderación. Los lugares donde se cuentan más abrazos son, sin duda, los aeropuertos. El protagonista de la película «Love Actually» menciona que cuando se siente deprimido, va a la sala de llegadas del aeropuerto de Heathrow, donde los abrazos son constantes y eso lo reconforta.
Aun así, no todo es efusividad, y en una terminal de la pequeña ciudad neozelandesa de Dunedin, se ha establecido un límite a los abrazos, con un cartel que dice «Tiempo máximo para abrazos: tres minutos», con el fin de evitar aglomeraciones e interrumpir el flujo de pasajeros.
Así, aquellos que requieran más tiempo para despedirse de sus seres queridos deberán dirigirse al estacionamiento, donde tendrán quince minutos para hacerlo. Las autoridades del aeropuerto aclaran que, por ahora, «no contamos con Policía de abrazos». Un concepto que sin duda no entendería Amma, la conocida gurú espiritual de India, apodada «la santa de los abrazos», quien ha compartido su abrazo divino con más de 35 millones de personas.
Reconocida por figuras como Jane Goodall y Sharon Stone, Amma ha estado ofreciendo abrazos desde su adolescencia y, a sus más de 70 años, sostiene que no hay mejor terapia para quienes sufren de soledad y necesitan apoyo.
Los abrazos también se están entregando en momentos difíciles, como los que han proporcionado voluntarios en las localidades devastadas por la DANA en la Comunidad Valenciana (España) desde finales de octubre, siendo igualmente necesarios que otros bienes materiales.
Begoña de la Fuente.
EFE REPORTAJES
El artículo El abrazo, un pasaporte a la eternidad fue publicado por primera vez en El Rancagüino.
Con Información de www.elrancaguino.cl