Casi cuatro meses después de las polémicas elecciones presidenciales en Venezuela, el gobierno de Estados Unidos ha reconocido al opositor Edmundo González Urrutia como "presidente electo" de dicho país.
El secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, manifestó en un mensaje en la red social X que "El pueblo de Venezuela habló de forma enfática el 28 de julio y convirtió a @EdmundoGU en el presidente electo. La democracia exige respeto a la voluntad de los votantes."
Esta declaración marca la primera vez que las autoridades estadounidenses se refieren a González Urrutia como "presidente electo", a pesar de que Blinken ya había reconocido su triunfo 48 horas después de las elecciones, el 1 de agosto.
En sus declaraciones previas, Blinken afirmó que "Dada la abrumadora evidencia, resulta claro para Estados Unidos y, más importante aún, para el pueblo venezolano, que Edmundo González Urrutia obtuvo la mayoría de los votos."
Las elecciones del 28 de julio desataron una nueva crisis política en Venezuela, ya que el Consejo Nacional Electoral proclamó ganador al actual presidente Nicolás Maduro, sin divulgar los resultados detallados y sin realizar las auditorías necesarias para validar su victoria.
Por su parte, la oposición liderada por María Corina Machado, quien no pudo postularse debido a restricciones impuestas por el gobierno, publicó en una página web las actas que, según afirman, corresponden a más del 83% de los votos. De acuerdo con estos registros, González Urrutia habría obtenido 7.303.480 votos (67%) y Maduro 3.316.142 votos (30%).
Ante las manifestaciones de descontento por los resultados oficiales, el gobierno de Maduro llevó a cabo detenciones masivas, arrestando no solo a manifestantes, sino también a activistas y testigos electorales que habían recopilado las actas presentadas por la oposición. Según la organización de derechos humanos Foro Penal, más de 1.800 personas fueron detenidas tras las elecciones, incluidos más de un centenar de menores.
El fin de semana pasado, el gobierno venezolano liberó a más de un centenar de individuos que habían sido arrestados durante las protestas post-electorales.
Posteriormente, Maduro se dirigió al Tribunal Supremo de Justicia, un órgano que según muchos analistas ha estado controlado por el oficialismo durante años, donde consiguió una sentencia que respaldaba su triunfo.
La oposición no participó en este proceso, al considerar que no era un sistema imparcial ni legítimo para decidir sobre los resultados electorales. A raíz de esto, la Fiscalía, también asociada a la estrategia judicial chavista, inició un proceso penal contra González Urrutia y Machado.
Como resultado de esta persecución, Machado tuvo que esconderse, mientras que González Urrutia solicitó y obtuvo asilo en España.
A pesar de las críticas, las autoridades venezolanas insisten en que el proceso electoral fue limpio, afirmando que Maduro fue el ganador y que los procedimientos judiciales relacionados son legales.
(Imagen: Getty Images)
Fuente: PURANOTICIA // BBC MUNDO
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