Rodrigo Bastidas Rivera, responsable del Desarrollo de las Personas en SLEP Maule Costa.
El reclutamiento y selección de asistentes de la educación en Chile ha adquirido una relevancia estratégica, especialmente tras la implementación de la Ley 21.109. Esta normativa resalta la importancia de los asistentes dentro del sistema educativo y establece estándares más altos para asegurar que se seleccionen perfiles adecuados para estos puestos esenciales.
Los asistentes de la educación son cruciales para el funcionamiento cotidiano de las escuelas. Su labor abarca desde el apoyo administrativo hasta la atención directa a estudiantes con necesidades educativas especiales. Su contribución impacta el clima escolar y la calidad del servicio educativo, así como el ambiente laboral general.
La Ley 21.109 proporciona un marco claro que especifica las funciones y competencias requeridas de los asistentes, aumentando la responsabilidad de garantizar que quienes ocupan estos cargos cuenten con las habilidades necesarias. No es suficiente con cumplir los requisitos formales; también es fundamental identificar candidatos que entiendan la misión educativa y puedan contribuir al desarrollo integral tanto de los estudiantes como del sistema en su conjunto.
Por ende, es crucial optimizar los procesos de reclutamiento y selección. Estos deben abarcar habilidades interpersonales como la empatía, el trabajo en equipo y la flexibilidad, que a menudo se pasan por alto pero son igual de importantes que las competencias técnicas. Un balance adecuado entre ambos aspectos permite construir perfiles y procesos de selección que aseguren la contratación de personas idóneas. Las teorías actuales de gestión de personas subrayan que ubicar a una persona sin el perfil adecuado en un puesto impacta negativamente no solo en su bienestar psicológico, sino también en el entorno de trabajo, afectando a estudiantes y colegas.
La Ley 21.109 también enfatiza la relevancia de la capacitación y el desarrollo profesional de los asistentes. Para que la formación sea efectiva, es indispensable que los procesos de reclutamiento y selección identifican candidatos con una disposición motivacional auténtica. La vocación es fundamental para que la formación profesional tenga un impacto positivo en los resultados y en el crecimiento tanto personal como institucional.
Un claro ejemplo de la necesidad de un adecuado proceso de selección lo vemos en los asistentes que trabajan con estudiantes con discapacidad. No es suficiente que posean las certificaciones requeridas; es esencial que muestren un compromiso genuino y habilidad para manejar situaciones complejas, proporcionando apoyo emocional. Un proceso de reclutamiento que no tome en cuenta estos aspectos podría seleccionar a alguien con las competencias técnicas necesarias, pero sin la dedicación adecuada. Esto no solo repercute en el desarrollo de los estudiantes, sino que también puede perjudicar el clima escolar y laboral.
¿Qué acciones podemos emprender para mejorar? En primer lugar, es fundamental implementar procesos de selección más sólidos, que incluyan entrevistas situacionales y evaluaciones de competencias, así como la opinión de los equipos educativos. Es crucial ir más allá de cumplir únicamente con los requisitos mínimos establecidos por la ley y estar abiertos a la innovación dentro del marco normativo, buscando una mejora continua.
En conclusión, debemos situar el reclutamiento y selección de los asistentes de la educación en el centro de la agenda de desarrollo de las personas en el ámbito educativo. Si lo hacemos adecuadamente, no solo acataremos la Ley 21.109, sino que también promoveremos comunidades escolares más inclusivas y eficientes.
Con Información de www.diarioelcentro.cl
