En el contexto de las controversias generadas por distintos intentos de reubicar el comercio ambulante de ciertas zonas emblemáticas, como Estación Cal y Canto, las veredas de Estación Central y el principal centro comercial de Providencia, es fundamental resaltar que el diseño debería enfocarse no solo en alejar a los ambulantes, sino también en fomentar su desarrollo.
Desafortunadamente, en muchos casos, estas medidas terminan causando incomodidad a los peatones y vecinos. Para abordar este problema, es vital incluir la participación ciudadana, ya que esto contribuye a crear un sentido de pertenencia y cuidado del entorno. Se debe agregar valor al diseño, haciendo que el paisaje sea el protagonista, con el objetivo de mejorar el espacio y evitar que se clasifique como arquitectura hostil, lo cual difiere notablemente del concepto de urbanismo táctico. Este último tiene como finalidad mejorar e incentivar su uso mediante la creación de pequeñas plazas y la recuperación de espacios, promoviendo así el uso del espacio público y el encuentro entre ciudadanos.
Desde una perspectiva de equidad, una infraestructura urbana bien diseñada y distribuida tiene el potencial de disminuir las desigualdades territoriales que afectan a las ciudades chilenas. Al hablar de infraestructura, nos referimos a la inclusión de áreas verdes, preferiblemente con jardines eficientes y diseños que controlen prácticas inadecuadas sin requerir protocolos de seguridad. La infraestructura urbana también impacta directamente en la cohesión social y en la construcción de comunidad.
Es crucial tomar conciencia de que nuestro entorno urbano refleja mucho de lo que hemos construido como sociedad, y es urgente enseñar y aprender acerca de lo que significa la calidad de vida y las ciudades saludables, especialmente cuando se presentan oportunidades para intervenir en el espacio público. Los proyectos que integran naturaleza, recreación y cultura son esenciales para revitalizar comunidades y fortalecer el tejido social.
Por último, con las tecnologías actuales y el reciclaje de aguas, un recurso disponible en todos los edificios, debemos considerar su utilización de manera colaborativa en espacios públicos, sobre todo en áreas designadas como islas de calor. Deberíamos establecer normativas que incluyan zonas húmedas, pensando especialmente en nuestros adultos mayores, en lugar de continuar pavimentando con piedras y bolones de hormigón.
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Con Información de osornoenlared.cl