El 31 de mayo se celebra el Día Mundial Sin Tabaco, una fecha dedicada a crear conciencia y educar a la sociedad sobre las enfermedades asociadas al consumo de tabaco, especialmente en relación con la exposición al humo de tabaco en la infancia. Cada año, se estima que 1,2 millones de personas mueren a causa del tabaquismo pasivo, y 65,000 de estas son niños.
El pediatra Alberto Vidal, especialista en broncopulmonar infantil de Clínica MEDS, explica que el tabaquismo pasivo se refiere a la situación en la que las personas que no fuman inhalan involuntariamente el humo del tabaco, recibiendo así sustancias como la nicotina y otros químicos tóxicos, de manera similar a los fumadores.
“La inhalación del humo del tabaco puede ser de segunda mano, es decir, el humo que exhala un fumador o proviene de un cigarrillo encendido, o de tercera mano, que es el residuo del humo que permanece en el medio ambiente, en ropa, cabello, piel y diversas superficies, incluso mucho tiempo después de apagarse el cigarrillo”, agrega el Dr. Vidal. Este tipo de humo puede ser absorbido por el organismo a través de la inhalación, ingestión o contacto con la piel.
El impacto de la exposición al humo de tabaco en los niños es alarmante, pues pasan la mayor parte de su tiempo en entornos cerrados donde no pueden evitarlo. Se ha demostrado que los bebés pueden ingerir hasta un cuarto de gramo de polvo de tabaco al día, lo que es el doble que los adultos. Dado que el sistema inmunológico infantil aún se encuentra en desarrollo y su frecuencia respiratoria es mayor, pueden estar expuestos a dosis más altas de sustancias tóxicas.
El Dr. Vidal subraya que los niños son especialmente susceptibles a los efectos del tabaco de segunda mano debido a su anatomía y biología. Los bronquios más estrechos y un sistema inmunológico en desarrollo hacen que la exposición a la nicotina pueda afectar su respuesta inmune y aumentar el riesgo de infecciones respiratorias y problemas de salud a largo plazo, como asma o enfermedades pulmonares crónicas.
“Los niños expuestos al humo de tabaco también enfrentan un mayor riesgo de problemas de conducta y enfermedades cardiovasculares en la adultez. Se han identificado al menos 70 sustancias cancerígenas en el humo de tabaco, lo que aumenta la probabilidad de que estos niños desarrollen cáncer en diversas formas”, añade el especialista.
El Dr. Vidal insta a los padres fumadores a considerar el impacto de su hábito: “Es crucial que no fumen durante el embarazo y que tengan conversaciones sobre los efectos tóxicos de la nicotina con sus hijos desde temprana edad. Esto puede ayudar a prevenir el inicio del hábito de fumar en la adolescencia y podría incluso motivar al padre fumador a dejarlo”.
Si no es posible crear un ambiente completamente libre de tabaco, se aconseja no fumar en el hogar ni en el automóvil. Se debe ventilar frecuentemente, limpiar las superficies expuestas al humo con productos ácidos como el vinagre y aspirar con filtros HEPA al menos una vez a la semana. También se recomienda cambiar las alfombras y los muebles que hayan estado expuestos, además de cuidar la higiene personal antes de interactuar con los niños.
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Con Información de osornoenlared.cl
