Históricamente, su prevalencia ha sido mayor en hombres.
El 2 de abril se conmemora el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, una fecha dedicada a visibilizar, fomentar la inclusión y respetar a las personas que se encuentran en el espectro autista.
En los últimos años, las cifras de diagnósticos han aumentado a nivel global, aunque esto no necesariamente implica un incremento en los casos, sino más bien un mayor conocimiento sobre el autismo y mejores herramientas para su detección.
El Trastorno del Espectro Autista (TEA) es una variación del desarrollo neurológico que se caracteriza por dificultades persistentes en la interacción social y la comunicación, así como por patrones rígidos de pensamiento y comportamiento. «Aunque el autismo se manifiesta desde la infancia temprana, su diagnóstico puede realizarse en cualquier etapa de la vida. La identificación temprana permite comenzar tratamientos que mejoran notablemente la calidad de vida de quienes lo padecen», explica el Dr. Sebastián Robert, psiquiatra de la Clínica Universidad de los Andes.
El diagnóstico temprano es crucial para implementar estrategias de apoyo y rehabilitación que faciliten el desarrollo de diversas habilidades, especialmente las comunicativas, sociales y conductuales.
Este enfoque requiere la colaboración de un equipo multidisciplinario, cuya composición dependerá de las necesidades específicas de apoyo. Generalmente, este equipo incluye psiquiatras, neurólogos, psicólogos, terapeutas ocupacionales y fonoaudiólogos. En algunos casos, pueden ser necesarias evaluaciones adicionales por especialistas en genética, gastroenterología, oftalmología y otras áreas médicas. Este trabajo conjunto asegura una evaluación integral y la aplicación de estrategias personalizadas que aborden las necesidades de cada individuo.
«La implicación del entorno educativo y el apoyo de asistentes sociales son fundamentales para lograr una inclusión adecuada. Las intervenciones llevadas a cabo en la infancia tienen un efecto significativo en la evolución del individuo», señala el especialista.
El TEA presenta un fuerte componente genético y a menudo se observa en familias con antecedentes similares. Sin embargo, no hay un único marcador genético que determine su presencia. Es crucial que el diagnóstico sea realizado por profesionales capacitados, evitando autodiagnósticos basados en información incompleta. «El proceso debe tener en cuenta la historia de desarrollo del paciente y no solo sus características actuales», concluye el Dr. Robert.
En este Día Mundial del Autismo, hacemos un llamado a la sensibilización, la empatía y el apoyo a las personas dentro del espectro autista y a sus familias, promoviendo entornos inclusivos y oportunidades de desarrollo para todos.
Con Información de hoysantiago.cl
