La diabetes tipo 2 se ha convertido en una de las enfermedades crónicas más prevalentes a nivel global. En Chile, afecta aproximadamente al 12% de la población adulta, según la Resolución N° 1051 de la Cámara de Diputados del 10 de abril de este año. Lo alarmante es que esta cifra sigue en aumento. El mismo documento indica que, hace una década, había alrededor de 850 mil personas diagnosticadas con diabetes, y esa cifra se ha duplicado, alcanzando un total de 1 millón 700 mil. Esta tendencia también se refleja en la última Encuesta Nacional de Salud (ENS 2016-2017), que reportó una prevalencia sospechada de diabetes del 12,3% en personas mayores de 15 años, tres veces más que en 2003, cuando era del 4.2%.
Otro aspecto preocupante es que anteriormente la diabetes se presentaba principalmente en personas mayores de 60 años, pero ahora se observa en individuos más jóvenes, de tan solo 30 a 40 años. Según el Dr. Diego Concha, endocrinólogo, diabetólogo y nutriólogo, este aumento se atribuye en gran parte a factores como el sedentarismo y el alto consumo de alimentos ultraprocesados, que contribuyen a la obesidad, un factor de riesgo significativo para el desarrollo de trastornos metabólicos que, sin un tratamiento adecuado, suelen culminar en diabetes tipo 2, especialmente después de la pandemia.
Es fundamental tener en cuenta que esta enfermedad puede tener consecuencias graves si no se maneja correctamente, incluyendo daño a los vasos sanguíneos, complicaciones en los riñones, problemas de visión y enfermedad cardiovascular. No obstante, realizar un cambio significativo en la alimentación, junto con ejercicio y otros hábitos saludables, puede marcar una diferencia notable en el control de la diabetes tipo 2, e incluso facilitar su reversión o remisión.
Pedro Grez, creador del Método Grez —que sugiere limitar el consumo de alimentos que se transforman en glucosa— y fundador de la primera línea chilena de suplementos de etiqueta limpia, explica que la diabetes no es simplemente una insuficiencia del páncreas a la hora de producir insulina, sino una reacción ante el consumo excesivo de alimentos que aumentan los niveles de azúcar en sangre. Al reducir o eliminar alimentos como azúcares y almidones refinados, el páncreas se ve favorecido y el cuerpo puede estabilizar los niveles de glucosa. “Existen numerosos casos exitosos a nivel mundial que demuestran que se puede tomar el control de esta condición a través de elecciones alimentarias informadas”, destaca Grez.
Además de controlar la ingesta de carbohidratos, Grez subraya la importancia de garantizar los micronutrientes esenciales para un metabolismo óptimo. “Sin niveles adecuados de vitaminas y minerales, el cuerpo no puede regular bien el azúcar en sangre. Cuando no se obtienen estos nutrientes a través de la dieta, los suplementos pueden ser de gran utilidad para quienes buscan mantener sus niveles de glucosa bajo control”, expone. Así, los micronutrientes juegan un papel crucial al optimizar las funciones celulares y prevenir complicaciones.
El Dr. Concha también enfatiza que no solo los carbohidratos refinados (como el pan, la pasta o el arroz blanco) deben ser limitados, sino también los no refinados, como los cereales integrales, ya que estos también pueden elevar la glucosa en personas con diabetes. En este sentido, es esencial una alimentación personalizada que se ajuste al metabolismo y al estilo de vida de cada individuo. Él sostiene que el metabolismo de una persona con diabetes tipo 2 se beneficia al reducir los carbohidratos al mínimo posible, afirmando: «la diabetes se maneja en cada comida».
Es factible lograr progresos significativos en el manejo y control de la diabetes tipo 2 mediante un enfoque integral en el estilo de vida. Según el especialista, una dieta bien estructurada, como la cetogénica o con reducción de carbohidratos, constituye la base de un tratamiento efectivo. No obstante, resalta también la importancia de complementar esto con ejercicios de fuerza, ya que ayudan a mejorar la sensibilidad a la insulina, aumentan el consumo de glucosa y reducen el porcentaje de grasa. Además, menciona otros factores como la calidad del sueño, la reducción del estrés y el apoyo social, que son fundamentales para asegurar la sostenibilidad de estos cambios. «Las personas diagnosticadas recientemente tienen la mejor oportunidad de revertir la enfermedad a través de una alimentación muy baja en carbohidratos y actividad física de fuerza», añade.
En muchos casos, los medicamentos continúan siendo un apoyo relevante para regular la glucosa, y los pacientes pueden seguir precisando farmacoterapia mientras adaptan su estilo de vida. Sin embargo, cuando se aplican adecuadamente las intervenciones nutricionales, algunos pacientes pueden reducir su dependencia a los fármacos o, en ciertos casos, llegar a prescindir de ellos.
Con motivo del Día Mundial de la Diabetes, que se celebra el 14 de noviembre, el mensaje es claro: cambiar el estilo de vida es una herramienta poderosa para quienes padecen esta enfermedad. Desde pequeños ajustes en la dieta hasta el compromiso con el ejercicio regular, cada acción cuenta para mejorar la calidad de vida, prevenir complicaciones y, en muchos casos, revertir la enfermedad. Como afirma Pedro Grez, “la sangre no miente”; cada decisión relacionada con una alimentación consciente y un estilo de vida activo tiene un impacto directo en nuestra salud y bienestar.
Con Información de elmauleinforma.cl