En un contexto donde la digitalización avanza rápidamente, la ciberseguridad ha dejado de ser una preocupación exclusiva de expertos técnicos. En la actualidad, se ha convertido en una prioridad nacional y un tema crucial para la seguridad de la ciudadanía. Chile, como muchos otros países, enfrenta un aumento en las amenazas cibernéticas que comprometen sus infraestructuras críticas y la confianza de sus habitantes.
Según el Foro Económico Mundial, los ciberataques son considerados uno de los principales riesgos a nivel global. La OCDE, por su parte, ha enfatizado la necesidad urgente de fortalecer la ciberseguridad en sectores vitales como la energía, la salud y el transporte. Situaciones recientes en Chile, como el ataque al Ministerio de Justicia que expuso información sensible del SENAME y el ransomware que afectó a la Fundación Arturo López Pérez en 2024, evidencian la vulnerabilidad del entorno digital en el país.
En este contexto, las infraestructuras críticas se convierten en un objetivo atractivo para actores malintencionados, incluidos los perpetradores de ransomware y ataques respaldados por estados. Casos en otras naciones, como el hackeo del oleoducto Colonial Pipeline en Estados Unidos, muestran cómo un solo ataque puede desencadenar un desorden económico y social. Chile, al depender cada vez más de sistemas interconectados, no está exento de estos peligros.
Las pymes: pilares del empleo, pero expuestas
Las pequeñas y medianas empresas (pymes) en Chile, que constituyen el 98,6% del total de empresas y generan el 65,3% del empleo formal, a menudo no cuentan con los recursos necesarios para implementar medidas de ciberseguridad adecuadas. Aunque iniciativas como las certificaciones en ciberseguridad impulsadas por el Ministerio de Economía son un paso positivo, su impacto es limitado. Un ejemplo destacable es el «Kit Digital» en España, que ofrece soluciones básicas de ciberseguridad mediante proveedores especializados.
Además, el impacto económico de los ciberataques es considerable. De acuerdo con estimaciones del Foro Económico Mundial, el costo global del cibercrimen podría ascender a 10,5 billones de dólares anuales para 2025. En Chile, un ataque exitoso a infraestructuras críticas podría resultar en pérdidas directas, perjudicar la reputación del país y desalentar la inversión extranjera.
Frente a este panorama, es urgente implementar medidas concretas para fortalecer la ciberseguridad en Chile. Propongo las siguientes acciones:
- Reforzar la Agencia Nacional de Ciberseguridad: Proveerle con los recursos humanos, financieros y tecnológicos necesarios para hacer frente a amenazas en tiempo real.
- Fomentar la colaboración entre el sector público y privado: Establecer plataformas de intercambio de información para coordinar respuestas efectivas.
- Promover la educación y la concientización: Desarrollar programas educativos que cultiven una cultura de ciberseguridad desde la educación básica hasta el ámbito laboral.
- Actualizar el marco legal: Crear leyes modernas que incluyan sanciones claras y medidas preventivas eficaces.
- Realizar evaluaciones constantes de riesgos: Llevar a cabo auditorías periódicas en infraestructuras críticas para identificar y mitigar vulnerabilidades.
- Estimular la participación internacional: Integrarse a iniciativas globales dirigidas por organizaciones como la ONU y el Foro Económico Mundial.
Chile tiene el potencial para convertirse en un referente regional en ciberseguridad, pero para lograrlo es fundamental adoptar una estrategia integral y colaborativa. La ciberseguridad no es solo una cuestión técnica; es un pilar indispensable para el desarrollo, la estabilidad y la confianza en el futuro del país.
Patricio Campos
Gerente General, Resility.io
Con Información de www.elrancaguino.cl