Recientemente, China ha cancelado un acuerdo importante que preveía la importación de más de 400.000 toneladas anuales de azúcar desde Cuba.
Esta decisión, reportada por el Financial Times, refleja la creciente frustración de China hacia el régimen cubano, encabezado por Miguel Mario Díaz-Canel, debido a la falta de reformas económicas necesarias en un contexto de crisis profunda.
María Werlau, directora del proyecto Archivo Cuba, señala que la situación no es nueva. Cuba sostiene deudas significativas con empresas chinas, como Huawei y Youtong, derivadas de la compra de tecnología y vehículos. La cancelación del acuerdo de azúcar sugiere un enfriamiento en las relaciones comerciales, que coincide con el agravamiento de la crisis económica en la isla.
¿Una amenaza encubierta?
El economista Rafael Marrero, miembro del Consejo Asesor de Forbes, advierte que la postura de China representa un desafío para Estados Unidos, utilizando a Cuba como parte de su estrategia geopolítica.
En este contexto, La Habana ha formalizado su solicitud para unirse al BRICS, el grupo de economías emergentes que incluye a Brasil, Rusia, India y China. Este movimiento se produce justo cuando el presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se prepara para asistir a la próxima cumbre del BRICS en Kazán, Rusia.
No obstante, los analistas sugieren que una posible alianza con Rusia no garantiza la admisión de Cuba en el BRICS, ya que la isla no aporta recursos o contribuciones que fortalezcan la legitimidad del grupo. Esta situación pone de manifiesto las complejas dinámicas que enfrenta Cuba en el ámbito internacional, en un momento crítico para su historia económica.
Con Información de www.diarioelcentro.cl