Cuando gobernar se convierte en un acto de sobrevivencia por Marco Moreno

Cuando gobernar es sobrevivir: la última cuenta pública de Boric.

La reciente Cuenta Pública del presidente Gabriel Boric no marcó el cierre de un ciclo político exitoso, sino que fue una manifestación cuidadosa de un gobierno que navega entre promesas incumplidas y logros alcanzables. Con la narrativa de las “cuatro seguridades” (ciudadana, social, económica y democrática), el Mandatario intentó reconstruir una historia que explique la transición desde la épica transformadora hacia la gestión moderada de un poder restringido.

El discurso dejó claro que el realismo político se ha impuesto: se reconoció en forma tácita que el programa original fracasó tras el plebiscito constitucional de 2022, y que el capital político inicial se ha ido transformando en un esfuerzo continuado por la sobrevivencia institucional. No hubo anuncios inspiradores ni llamados a reformas significativas, sino un reconocimiento de los logros alcanzados a pesar de las adversidades: las 40 horas laborales, copago 0, avances en el ámbito del cuidado y la reforma previsional en curso.

Además de la moderación, se evitó realizar profundas autocríticas y no se abordó con claridad el impacto de los escándalos relacionados con el caso Convenio Fundaciones. Aunque se utilizó un tono enérgico al referirse al uso abusivo de licencias médicas, sobre la conversión del penal Punta Peuco y en la crítica al gobierno de Israel.

En esta última cuenta pública, el presidente trató de proteger su legado y mitigar el desgaste. Lo que subyace es un intento por ofrecer un cierre digno: uno que no concluya en derrota, pero tampoco en victoria. Entre la épica perdida del “Chile cambió” y la gestión del desgaste, Boric apostó por presentar su gobierno como un ejercicio de madurez institucional. Surge la interrogante de si este relato será suficiente para sostener al oficialismo en un año crucial.

Marco Moreno

Director Centro Democracia y Opinión Pública

Universidad Central