Se estima que entre el 5% y el 8% de la población mundial sufre de fibromialgia, una condición que se caracteriza por la presencia de dolor generalizado. En Chile, la prevalencia de esta enfermedad crónica es del 3,3%, siendo más común en mujeres que en hombres. Según la Dra. Delia Ruiz, médico fisiatra y presidenta de la Asociación Chilena para el Estudio del Dolor y Cuidados Paliativos (ACHED-CP), el diagnóstico se basa en la historia clínica del paciente.
La especialista señala que la fibromialgia a menudo se desencadena por eventos significativos en la vida del paciente, como separaciones, divorcios, la pérdida de un familiar o traumatismos importantes. Además, enfermedades o virus, como los experimentados durante la pandemia de COVID-19, pueden también ser factores determinantes, llevando a algunos pacientes a ser diagnosticados con fibromialgia tras recuperarse de la enfermedad. Esto indica que hay desencadenantes que pueden activar estos síntomas dolorosos.
La Dra. Ruiz explica que se establecieron nuevos criterios para el diagnóstico de la fibromialgia entre 2016 y 2019, enfocándose inicialmente en el dolor generalizado, que se evalúa dividiendo el cuerpo en nueve cuadrantes, donde el paciente debe presentar dolor en al menos seis de estas áreas en los últimos tres meses.
Los nueve puntos evaluados incluyen: cabeza y cuello; extremidad superior derecha; extremidad superior izquierda; tórax anterior; abdomen; zona dorsal y columna (espalda alta); zona lumbar y columna, que incluye la región glútea; extremidad inferior derecha; y extremidad inferior izquierda.
Además de estos aspectos, se toman en cuenta trastornos moderados a severos del sueño y fatiga. El diagnóstico de fibromialgia es relevante incluso si el paciente presenta otros diagnósticos. Generalmente, se observa que la intensidad del dolor varía de moderada a severa, permitiendo establecer el diagnóstico en base a estas condiciones, aclara la doctora.
No obstante, la especialista menciona que, debido a la naturaleza de la fibromialgia, algunos pacientes pueden pasar entre 3 y 7 años buscando un diagnóstico, ya que el dolor puede presentarse de forma variable en diferentes áreas del cuerpo.
La intensidad y presencia del dolor puede llevar a la incapacidad de algunos pacientes, resultando en una desfuncionalización del cuerpo y limitando sus actividades diarias, como peinarse, bañarse o comer, e incluso afectando su capacidad para trabajar.
Si una persona sospecha que puede estar sufriendo de fibromialgia, no es necesario esperar una larga consulta con un especialista para obtener un diagnóstico. Un médico general o de familia es capaz de realizar el diagnóstico inicial, permitiendo así que el tratamiento se inicie de manera temprana y de forma integral, lo que incluye ejercicio, actividad física regular, una alimentación equilibrada y un estilo de vida saludable, concluyó.
Con Información de osornoenlared.cl