viernes 10 enero 2025
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Conectados, aunque distraídos.

Rodrigo Torres Andrade

Académico e Investigador

Universidad San Sebastián Sede De la Patagonia

Desde una edad temprana, asociamos el futuro con avances tecnológicos: autos voladores y robots realizando tareas domésticas son parte de nuestro imaginario. En la actualidad, más del 95% de la población cuenta con un teléfono inteligente, lo que nos permite acceder al conocimiento humano en cualquier lugar. Así, lo que antes parecía el guion de una novela se ha convertido en una realidad que ya nos involucra, al menos en parte. Pero, ¿estamos realmente listos para enfrentar esta tecnología?

La atención es un proceso complejo que posee múltiples definiciones. En términos sencillos, se puede considerar como las funciones cerebrales que afectan nuestro rendimiento en diversas tareas. La atención es crucial para el aprendizaje, ya que nos ayuda a enfocarnos en estímulos relevantes y a ignorar distracciones.

Sin embargo, numerosos estudios indican que la mera presencia de un teléfono inteligente puede disminuir nuestra capacidad de atención, dificultando la realización eficiente de actividades. En entornos de laboratorio, se realizan pruebas que requieren un esfuerzo cognitivo bajo, como, por ejemplo, buscar la letra «p» oculta entre una serie de letras «d» y «b».

Si trasladamos esto al contexto educativo, es evidente el impacto negativo que los teléfonos inteligentes pueden tener. No obstante, su efecto perjudicial no se limita a disminuir nuestra atención y capacidad de aprendizaje en el aula; el uso de dispositivos tecnológicos por la tarde y noche también puede afectar nuestra calidad de sueño.

Dormir adecuadamente es esencial para consolidar el aprendizaje, ya que permite que las nuevas conexiones neuronales se estabilicen y se conviertan en aprendizajes duraderos. Para mitigar estos efectos negativos, bastaría con eliminar la tecnología de las aulas y restringir su uso por las noches. Sin embargo, ¿somos capaces de poner esto en práctica?

A pesar de esto, no todo es negativo. Los dispositivos tecnológicos pueden ser utilizados para potenciar la actividad cognitiva en adultos mayores y fomentar el aprendizaje en estudiantes a través de aplicaciones interactivas. La responsabilidad recae sobre nosotros. Así, aunque un futuro distópico dominado por máquinas parece poco probable en el contexto actual, nuestra falta de autocontrol en el uso de la tecnología representa un desafío que debemos enfrentar hoy, tanto a nivel personal como familiar y social.

El post Conectados, pero distraídos. apareció primero en Osorno en la Red.

Con Información de osornoenlared.cl

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