
Durante las etapas de infancia y adolescencia, la crianza emocional marca pautas cruciales para el bienestar mental. En estos momentos, pueden manifestarse trastornos como la ansiedad y la depresión, frecuentemente relacionados con los estilos de crianza.
En Chile, los problemas de salud mental más comunes en los jóvenes son de tipo ansioso y depresivo, que pueden llevar a trastornos alimentarios, autolesiones o conductas desafiantes, especialmente en la adolescencia.
“Estas cuestiones están relacionadas con los trastornos afectivos, que son centrales en esta fase del desarrollo”, indica Jaime Silva, psicólogo y director del Instituto de Bienestar Socioemocional (IBEM-UDD).
La influencia del estilo de crianza
De acuerdo con Silva, el estilo de crianza determina cómo una persona se relaciona tanto consigo misma como con los demás. “Desde la parentalidad, se establece una forma de experimentar y regular nuestras emociones en el mundo”, afirma.
Esta conexión temprana con los cuidadores tiene un impacto directo en el desarrollo de nuestro estilo socioemocional a lo largo de la vida.
Ser padres: una experiencia que se aprende
Convertirse en padre o madre transforma nuestro cerebro y activa habilidades para el cuidado. Sin embargo, no existe un manual perfecto. “Ser un buen padre o madre implica estar atentos a las necesidades del bebé en crecimiento”, comenta Silva.
El psicólogo enfatiza que una buena parentalidad se basa en el equilibrio. Sobresalir en las necesidades del niño o del adulto puede causar conflictos. Lo fundamental es aprender a lo largo del camino, con sensibilidad y flexibilidad.
Acompañar en la adolescencia: clave para la autonomía
Durante la adolescencia, los padres deben ajustar su perspectiva. En lugar de imponer reglas, deben acompañar a sus hijos mediante el diálogo y el intercambio de ideas.
“El adolescente necesita desarrollar su criterio y autonomía, lo que se logra en un ambiente donde sus opiniones son escuchadas y valoradas”, explica Silva.
Signos de alerta en salud mental
Silva sugiere estar atentos cuando un problema emocional comienza a afectar otras áreas de la vida. Por ejemplo, si la ansiedad relacionada con la escuela causa ausencias, irritabilidad o aislamiento social.
“Si notas que tu hijo o hija actúa de manera diferente a lo habitual, es momento de buscar apoyo profesional”, concluyó.
Con Información de portalmetropolitano.cl